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El abogado Jorge Aguilera, junto a los padres de 'Daniel', presunta víctima de los abusos. :: efe
Feligreses niegan haber presenciado «actitudes lascivas» del padre Román

Feligreses niegan haber presenciado «actitudes lascivas» del padre Román

El juicio del 'caso Romanones' se reanuda con la declaración de los testigos de las defensas y hoy continuará con los peritos

AGENCIAS

Martes, 14 de marzo 2017, 00:32

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Varios feligreses y catequistas vinculados a la parroquia del padre Román, que está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Granada por supuestos abusos sexuales a un menor desde 2004 a 2007, declararon ayer que nunca presenciaron «actitudes indecorosas» o «lascivas» por parte de este sacerdote en el templo de San Juan María Vianney o en las viviendas que comparte con otros curas en Pinillos y Salobreña. Ayer se reanudó el juicio de 'caso Romanones' con la declaración de cinco testigos propuestos por la defensa del párroco, ejercida por el letrado Javier Muriel, el cual ha renunciado a más de la mitad de los testigos que había previstos para esta sesión, entre ellos el padre del denunciante de los abusos y cuatro agentes del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía Nacional.

Estos feligreses, algunos vinculados al templo de San Juan María Vianney desde su construcción, describieron en el juicio un «ambiente de normalidad» en la parroquia, donde conocieron al denunciante de los supuestos abusos cuando ejercía de monaguillo primero y como catequista después, y con el que aseguraron haber compartido ciertos momentos de convivencia con él en la casa de los Pinillos, donde según han relatado acudían con sus hijos y otras familias. Igualmente han afirmado ver a la supuesta víctima «bastante integrado en la parroquia» en un periodo posterior al que presuntamente ocurrieron los episodios de abusos que él describe.

Una de las catequistas vinculadas a la parroquia, y que coincidió con el denunciante cuando también ejercía esta labor, negó haber sido objeto de cualquier abuso sexual por parte del padre Román ni haber presenciado en él la «más mínima actitud indecorosa», tampoco en la casa de Pinillos, donde el juez instructor situó los hechos «más graves y relevantes penalmente». Los feligreses declararon que no era «para nada» una vivienda «hermética», sino que siempre acogía a «un montón de gente», de jóvenes y de sacerdotes ajenos incluso a la parroquia. Tampoco percibió «nada extraño» en la residencia que el llamado grupo de los Romanones tiene en Salobreña y nunca les vio bañarse desnudos como han afirmado otras personas que estos días han declarado ante la Sección Segunda de la Audiencia de Granada.

«Indignación»

Esta mismo testigo dijo ante el juez que la noticia de la denuncia al padre Román por supuestos abusos causó «indignación» en el entorno del sacerdote, que recibió apoyo de feligreses incluso de otras zonas donde había ejercido su labor pastoral. En un sentido similar se pronunció una profesora del Instituto Juan XXIII --vinculado a la citada parroquia-, la cual enfatizó que tiene dos hijos y «para nada» les habría puesto «en peligro» si hubiese visto «cualquier indicio de algo», puesto que acudió con su marido y los niños al domicilio de Pinillos en varias ocasiones, alguna de las cuales llevó a casa al denunciante en su coche tras haberse «hecho tarde».

Otro feligrés al que la supuesta víctima contó que había sufrido abusos por parte del padre Román señaló que esta acusación le dejó «estupefacto», También tuvo contacto con él a principios de 2015, después de que los hechos fueran denunciados por el joven, que le dijo que se encontraba contento porque un prelado del Opus Dei y un capellán experto en abusos sexuales que le había dado calma «espiritual».

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