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QUICO CHIRINO / M. V. COBO/ M. D. T.
Viernes, 6 de mayo 2016, 00:52
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No hubo sorpresas de última hora y el socialista Francisco Cuenca se convirtió ayer en alcalde de Granada al reunir dieciséis de los 27 votos de la corporación municipal. Tuvo los votos de los ocho concejales de su grupo con los que gobernará en solitario, pero también los de Ciudadanos, Vamos Granada (marca Podemos) e Izquierda Unida. Los once del PP, grupo mayoritario, votó en contra como también era previsible.
El vuelco político de Granada deja al PP sin el poder en una de sus capitales emblemáticas en Andalucía, donde lleva ganando elecciones desde hace 30 años, aunque en varias, como en las últimas, sin mayoría absoluta. El PSOE, a su vez, arrebata a los populares la cuarta capital andaluza (Sevilla, Córdoba y Huelva son las otras tres), dejándole ya solo tres de las ocho en que gobernaba hasta el 24 de mayo del año pasado (Almería, Málaga y Jaén). Podemos gobierna en Cádiz. El PP ganó en todas menos en Huelva. Todas las alcaldías arrebatadas, salvo esta, lo han sido merced a los pactos.
La investidura de Cuenca se produce casi un año después de las elecciones municipales y tras la dimisión de José Torres Hurtado, que se va por la puerta chica después de 13 años como alcalde, pero ahora investigado por supuesta corrupción urbanística. Cuenca será el séptimo alcalde de Granada desde que se instauró la democracia y con él la capital vuelve a estar gobernada por un socialista.
Antonio Jara abandonó el Ayuntamiento de Granada el 14 de junio de 1991, horas antes de que tomara posesión Jesús Quero. Desde entonces -recordaba ayer- no había pisado en demasiadas ocasiones el salón de plenos; y mucho menos en una sesión de investidura. Antonio Jara fue el último candidato socialista que ganó unas elecciones municipales, allá por el año 1987. En treinta años, el PSOE no se ha impuesto al PP en unos comicios en la capital, aunque tanto Jesús Quero (1991-1995) como José Moratalla (1999-2003) consiguieron gobernar gracias a los pactos.
Ninguno de los cabezas de lista del PSOE que no gobernaron (entre ellos Javier Torres Vela, exconsejero de Cultura y presidente del Parlamento) aguantó los cuatro años en la oposición. Los socialistas achacaban los malos resultados en la capital a la 'interinidad' de su equipo de concejales, pero todos sus grupos municipales se terminaban desmembrando; en algunos casos, con la reubicación de los concejales en listas socialistas o cargos de confianza en administraciones socialistas. Era como si el PSOE estuviera decidido a autodestruirse en la capital.
Únicamente Paco Cuenca sobrevivió en 2011 al que había sido el peor resultado del partido en unas elecciones locales en Granada y logró repetir como cabeza de lista en 2015.
Corbata de la confluencia
A la puerta del Ayuntamiento, en la plaza del Carmen, hacía tiempo a las nueve de la mañana el concejal de IU, Francisco Puentedura. Con la misma chaqueta primaveral de tonos celestes que estrenó para el pleno de investidura del mes de junio. «Paco, pareces un rociero», le advirtió un correligionario con manifiesta sorna. Pero Puentedura llamaba la atención sobre el casual morado podemita de su corbata: «Es la corbata de la 'confluencia'», se refería a la posibilidad de que IU concurra a las próximas generales del 26J en una candidatura conjunta con Pablo Iglesias. Y precisamente de 'confluencia' iba el pleno de ayer. En concreto, de la alianza entre cuatro formaciones para desbancar al PP. El mismo objetivo que persiguieron en el mes de junio, hasta que Ciudadanos cerró un acuerdo para perpetuar a Torres Hurtado que -según reprochó ayer Luis Salvador (C's)- los populares no han cumplido.
Luis Salvador y Marta Gutiérrez (Vamos Granada) fueron los únicos que ayer mencionaron explícitamente en sus discursos a Torres Hurtado. Y lo hicieron para sostener que tenía que haber dejado paso en el mes de junio. Puentedura habló implícitamente de un «régimen» de trece años. Y ni siquiera la candidata popular, Rocío Díaz, tuvo unas palabras para el exalcalde, al que únicamente aludió indirectamente cuando defendió la 'limpieza' de su grupo tras las renuncias de las «personas señaladas» por la 'Operación Nazarí'. Torres Hurtado fue ayer el 'innombrable'.
El mismo acuerdo que Luis Salvador apalabró con el PP ha sido la referencia para apoyar ahora a Paco Cuenca. De hecho, los cuatro concejales de Ciudadanos estamparon su firma en una moción de censura que finalmente no se presentó. En estas tres semanas, Luis Salvador no ha variado su planteamiento inicial -pese a las presiones del PP al máximo nivel- aunque por el camino han logrado que el PSOE también cumpla lo que ambos partidos firmaron a nivel provincial y se ha llevado por delante al ya exdiputado de Deportes, investigado por un juzgado de Granada por un presunto caso de prevaricación.
Mariano Lorente renunció el martes para no convertirse en la excusa que impidiera que Paco Cuenca se hiciera con la alcaldía. Y ayer, el todavía concejal de Iznalloz acompañó en el salón de plenos al candidato socialista. De hecho, celebró con efusividad contenida la papeleta catorce del escrutinio: «Lo tenemos».
El hijo de Hepburn
A escasos metros de Mariano Lorente estuvo Sean Hepburn, amigo del hasta ayer alcalde en funciones, Juan García Montero, y protagonista involuntario de la última campaña electoral a cuenta de la 'no boda' en la Alhambra que se parecía demasiado a una boda.
No estuvieron presentes los dimitidos Torres Hurtado e Isabel Nieto, aunque sí el exconcejal y presidente provincial del PP, Sebastián Pérez, arropado por la número dos del partido en Andalucía, Dolores López, y gran parte de su equipo. Los populares inician ahora una difícil travesía en la oposición, donde tendrán que asimilar el derribo de una estructura de cargos de confianza trenzada durante trece años. Rocío Díaz, con un discurso inesperadamente agresivo, dejó patente que Paco Cuenca tendrá la oposición frontal de los 11 concejales populares.
El PSOE tendrá difícil sacar adelante las votaciones en los plenos. «Paco Cuenca es una persona con talante para estas circunstancias», comentaba una dirigente socialista. Pero no le bastará sólo con el diálogo. En el discurso de ayer quedó claro que Vamos Granada -apoyo imprescindible- no quiere ligarse indisolublemente a un candidato al que sus bases han calificado con un 2,2.
Paco Cuenca necesita de algún gesto en las próximas horas. Y tendrá que vincularlo a algunos de los planteamientos donde coinciden todos los partidos de la oposición... salvo el PP. Tanto Ciudadanos como Vamos, Granada e IU hablaron ayer de corrupción y de revisar los trece años de gobierno popular. Se puede llamar auditoría, abrir las ventanas... o los cajones.
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