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Compañeros de la víctima llevaron el féretro hasta la capilla ardiente. :: Salvador Salas
El indigente que mató al policía tenía 22 antecedentes y estaba buscado por maltrato
málaga

El indigente que mató al policía tenía 22 antecedentes y estaba buscado por maltrato

El agresor, que pasará mañana a disposición judicial, había sido detenido por otros delitos violentos, como atentado a la autoridad, malos tratos o resistencia

JUAN CANO , ÁLVARO FRÍAS

Viernes, 23 de mayo 2014, 17:51

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Los vecinos de la calle Frigiliana sabían que Stefan Reinert, El alemán, era un tipo problemático. Pero pocos conocían su historial delictivo, jalonado por una larga lista de antecedentes violentos que dan fe de su peligrosidad. La del miércoles fue su detención número 23; se le buscaba por malos tratos. Y lo acabó siendo, aunque añadió otra reseña a su ficha: la muerte de Francisco Díaz Jiménez, uno de los policías nacionales que iban a arrestarlo. El indigente pasará mañana a disposición judicial.

En su hoja de antecedentes figuran delitos de atentado a la autoridad, malos tratos, amenazas, resistencia y varios arrestos por reclamaciones al no acudir a los juzgados cuando se le requería. El último de ellos aún estaba demasiado fresco. «Sufre problemas psiquiátricos y es bastante violento. Agredió a un compañero de Policía Local. Extremar precauciones», reza el parte interno en el que se alertaba del riesgo que entrañaba el individuo.

El último de sus antecedentes data del 6 de marzo. El agente en cuestión, perteneciente a la Jefatura de Carretera de Cádiz de la Policía Local, acudió a la calle Frigiliana tras recibir un aviso por radio. Un hombre estaba amenazando a otro con un cuchillo, decía el mensaje.

Al llegar, el funcionario localizó a Stefan sentado en la puerta del Mercadona, donde solía pedir limosna. Según fuentes policiales, al ver al agente, el indigente se levantó, salió corriendo y le propinó un puñetazo sin mediar palabra, cuando ni siquiera se había bajado de la moto. A él y a su compañero les costó trabajo reducir al alemán, de 36 años y 1,85 de estatura, corpulento. Al parecer, les lanzó golpes y mordiscos, hasta el punto de que tuvieron que pedir refuerzos para inmovilizarlo. En el cacheo, descubrieron que llevaba escondido en el pantalón un cuchillo jamonero de unos 25 centímetros.

Stefan, que en el juzgado siempre daba como domicilio el número 5 de la calle Frigiliana, donde se había instalado como okupa en un local abandonado, quedó libre y volvió al barrio. La policía sabía que no se presentó a un juicio relacionado con unos malos tratos a su expareja y se dictó una orden de busca y captura contra él. El miércoles por la tarde, una dotación de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional, a la que pertenecía Francisco Díaz, se desplazó a la zona para ver si localizaban a Stefan.

Uno de los tres agentes de la patrulla lo vio caminando por la calle Frigiliana y lo llamó por su nombre. Según las primeras investigaciones, que se centran ahora en reconstruir lo sucedido, el indigente hizo caso omiso y se metió en un bazar chino situado a la altura del número 1.

Los tres policías se dirigieron al establecimiento. Dos entraron y Francisco Díaz se quedó en la puerta. Trataron de dialogar con él para que los acompañara, pero según las fuentes reaccionó propinando un empujón a los dos primeros. Al parecer, cuando se encontró con Francisco, sacó un cuchillo de más de 20 centímetros de hoja y, sin mediar palabra, le asestó dos puñaladas. Una de ellas le alcanzó el corazón.

Los dos agentes desenfundaron sus armas y le dieron el alto. Stefan, que seguía empuñando el cuchillo, empezó a moverse de un lado a otro y trató de huir. Los policías abrieron fuego. Según las fuentes consultadas, se refugió en la frutería Frigiliana, donde le ordenaron que se arrojara al suelo para reducirlo.

Mientras llegaban las ambulancias, los agentes trataron de asistir a su compañero. Uno de ellos se quitó la camiseta para taponarle la herida, mientras el segundo le practicaba maniobras de reanimación. Francisco Díaz fue trasladado al Hospital Carlos Haya y, pese a que entró directamente en el quirófano, no se pudo hacer nada por su vida. Murió a las nueve de la noche.

El indigente sufrió cuatro heridas por arma de fuego y varios cortes, todos superficiales. Dos de los disparos le alcanzaron en una mano y en el abdomen, aunque ninguno le afectó a órganos vitales. Fue trasladado a urgencias del Hospital Civil, desde donde, tras una primera cura, se le derivó a Carlos Haya. Finalmente, ayer ingresó en el módulo penitenciario habilitado en el Hospital Clínico.

Los especialistas de la Brigada de Policía Científica y del Grupo de Homicidios, que llevan la investigación, encontrarían más tarde cerca de una decena de casquillos. Dos de esas balas perdidas fueron las que hirieron a las otras dos víctimas del tiroteo en la calle Gaucín: una joven que acababa de salir de una tienda y el yerno de los propietarios de la carnicería Ana. La chica resultó herida en la cabeza por el roce de una esquirla, mientras que el hombre recibió un impacto en el hombro derecho, del que se recupera en el Carlos Haya.

Alta a un herido

Por su parte, el ciudadano de 30 años que se encontraba circunstancialmente en la zona de la refriega y resultó herido por arma de fuego en el hombro ha recibido hoy el alta médica en el Hospital Regional, han asegurado a Efe fuentes sanitarias.

El supuesto agresor Stefan Reinert, sufrió heridas de arma de fuego y arma blanca en tórax y abdomen durante el enfrentamiento con los agentes y continúa recuperándose en el módulo penitenciario del Hospital Clínico Universitario de la capital malagueña, aunque sin que revista gravedad su estado.

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