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Autónomo, profesión de alto riesgo
REPASO GENERAL

Autónomo, profesión de alto riesgo

Hacienda se dedica a asaltar, perdón, a inspeccionar por sorpresa los pequeños negocios / Que la UMA certifique el nivel B2 de idiomas no vale de nada / La emoción de la primera plantilla del metro

JAVIER RECIO

Domingo, 23 de marzo 2014, 02:16

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La Agencia Tributaria sigue su particular guerra sin cuartel contra los autónomos. La última medida es la de asaltar a punta de pendrive los pequeños negocios. Contra este colectivo pesa desde la Administración la presunción de culpabilidad, pese a que son vitales para rebajar la lista del paro. No debe ser agradable estar despachando medicamentos genéricos en tu farmacia y que de repente se presenten tres bigardos pidiendo la documentación ante el pánico del dueño del negocio, que sin duda habrá veces que prefiera que el palo se lo dé un choricillo de poca monta. Al menos el mal rato pasa rápido. Se aprovechan del bloqueo que sufre el inspeccionado de turno, que sabe que le buscarán las cosquillas porque no ha presentado el impreso x, apartado de su puñetera madre para sacarle unos cuartos. Porque esa gente no suele hacer los viajes en balde. La voracidad de Hacienda no tiene límites, pues siempre buscan dar media vuelta más de tuerca. Una de las grandes mentiras que suenan desde la Transición democrática es el Hacienda somos todos. ¿Cómo que todos? Está claro que unos lo son más que otros. Y que el trato que se da desde la casa común no es precisamente muy cortés con sus inquilinos. De entrada no quiere su visita, pues para eso ya están ellos, para hacerlas en plan sorpresa y con animus jodiendi. La Agencia Tributaria ha prohibido que los contribuyentes, los mismos que también son sus recaudadores involuntarios, no pisen sus oficinas para presentar sus declaraciones trimestrales del IVA. Todo se tiene que hacer por Internet. Como si todo el mundo tuviera y se manejara en la red. Hay veces que se olvida con demasiada facilidad a la gente mayor, que por lo general no tiene mucho trato con los ordenadores. Pues nada, el que no sepa, que se aguante. Que pague a un asesor para que se lo haga. El lema no es al servicio del contribuyente, sino el servicio del contribuyente. Lo que también duele e indigna es que las obligaciones que se imponen a los demás no valen para ellos, que se rigen por su particular ley del embudo. La misma que permite que haya empresas que pasen meses y meses sin recibir el dinero de la diferencia del IVA que le tiene que devolver la Agencia Tributaria. Esas cantidades a veces son de decenas de miles de euros y ponen en peligro la viabilidad de una empresa. Pero no pasa nada. A ellos no hay quien los inspeccionen por estas dilaciones. Vamos, lo mismo que cuando se retrasa el propietario de una pyme. Desde luego que hay que admirar a los autónomos. Son unos valientes. Porque visto lo visto, que sufren hasta asaltos, perdón, inspecciones a pie de mostrador, tienen una profesión de alto riesgo.

IDIOMAS

Ridículo de la UMA

También ha resultado ser de alto riesgo estudiar idiomas en la Universidad de Málaga. Al menos si lo que se pretendía es que se reconociera el nivel B-2, que es necesario para conseguir más dinero para la beca Erasmus. Desde la Universidad se admite que no se había pedido hasta ahora su inclusión en la Asociación de Centros de Lenguas en la Enseñanza Superior, donde sí están la mayoría de universidades españolas, y que favorece el reconocimiento de estos estudios. No se había dado importancia debida al hecho de estar en la citada asociación. Ahora es tarde, porque a los alumnos no les ha servido de nada el certificado de la UMA, lo que no deja de ser bochornoso para la Universidad, que ha quedado en ridículo. Al menos ante los aspirantes a la citada beca Erasmus, que tendrán que presentar una certificación de la Escuela Oficial de Idiomas, de la Universidad de Cambridge, la Alianza Francesa o el Goethe-Institut alemán. Y eso se supone que tiene su coste

METRO

La apertura, más cerca

Lo que no se supone, porque es una realidad, es que cada vez está más cercana la apertura del metro. La plantilla, formada por 81 personas, se incorporó el viernes a su puesto de trabajo. La verdad es que debieron de sentir una profunda emoción en un doble sentido. Primero, a nivel personal, porque han encontrado un empleo, pues seguramente la mayoría de los operarios estaban en las listas del paro. Y segundo, porque van a formar parte de un proyecto histórico, que dotará a Málaga de un sistema de transportes que sin duda revolucionará la movilidad de la ciudad. Ya sólo queda saber la fecha exacta, pues se da por sentado que el suburbano empezará a hacer sus recorridos este verano. Buena suerte y buen trabajo.

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