La UE sitúa a Málaga en dos corredores ferroviarios, para los que apenas hay inversión

El Consejo de Ministros de Transportes de la UE aprobó en mayo la Red Principal Transeuropea de Transporte, que incluye el Corredor ferroviario del Mediterráneo. Este consta de dos ramales, y ambos atraviesan en algún momento la provincia. El primero va desde la frontera francesa hasta Algeciras, pasando por Barcelona, Valencia, Murcia, Almería, Granada y Antequera, con enlaces también a Sevilla y Huelva. No se logró, a pesar de los intentos del Ministerio de Fomento, el lobby empresarial Ferrmed y Ayuntamientos como el de Málaga, que hubiera una alternativa también por la Costa del Sol, que habría supuesto un fuerte empuje al proyecto, aplazado sine die, del tren litoral.

El segundo discurre por el eje central de la Península, de Barcelona a Madrid, Jaén, Córdoba, y nuevamente, Antequera, hasta Algeciras. Como novedad se incluyó en el Corredor Atlántico (Estrasburgo-Madrid-Lisboa) un ramal hacia Andalucía, que, a efectos prácticos, será el mismo que el de Madrid a Algeciras.

Sobre el papel, una posición privilegiada, que dibuja en Antequera uno de los principales centros logísticos de la Unión, vinculado a los puertos de Algeciras y Málaga y al aeropuerto costasoleño. La realidad es bien distinta: a pesar de contar con fondos europeos, las líneas ferroviarias que restan por hacer o por modernizar en el entorno de este hito han recibido partidas presupuestas del Ministerio de Fomento muy por debajo de las necesarias, si se quiere contar con estas conexiones a medio plazo.

Solo el eje Bobadilla-Granada cuenta con unas cifras adecuadas. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) ha previsto 136 millones para esta línea de alta velocidad, que posteriormente servirá (mediante la implantación de un tercer carril) para el movimiento de cargas.

En cambio, el puerto de Algeciras recibe una cantidad escasa para la modernización de la línea férrea desde esta localidad hasta Bobadilla, de solo 50 millones. No es ya que el primer recinto portuario español en esta materia (con el 18% de los movimientos) y cuarto de Europa no cuente a estas alturas con una conexión por tren para dar salida a las cargas; sino que tampoco está entre las prioridades del Estado. Aunque Málaga sí tiene esa posibilidad, se trata de una línea de muy baja capacidad, que atraviesa la ciudad, y para la que existe un proyecto de soterramiento (también sin fondos).

El secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, ha concretado esta semana, durante una comparecencia en Sevilla, que la alta velocidad en Andalucía (Granada, Cádiz y de Murcia a Almería) contará con 317 millones, y la parte del corredor mediterráneo que discurre por la Comunidad recibirá otros 270 millones.

Se necesitan 1.300 millones

Tales cifras han causado indignación en la Consejería de Fomento y Vivienda, que gobierna IU. Hasta el punto de que este departamento está promoviendo un manifiesto para recabar apoyos de las instituciones y de los agentes económicos y sociales andaluces, para exigir al Gobierno central la ejecución en Andalucía de los corredores ferroviarios transeuropeos aprobados por la UE.

La consejera, Elena Cortés, estimó que la inversión necesaria para acometer las obras de conexión con el puerto de Algeciras es de 1.300 millones, mientras que los PGE solo prevén 50. A este ritmo, ironizó, no estará lista ni en cien años. «El Gobierno del PP margina a Andalucía también en la ejecución de estas infraestructuras ferroviarias», denunció, en una reciente comparecencia, y contrapuso esta visión con la expresada por la UE, que «tiene muy clara la importancia de Andalucía en las comunicaciones externas e internas de la Unión, por su situación estratégica de cara el transporte de mercancías».

El llamado «Manifiesto sobre los corredores ferroviarios europeos como motor de desarrollo y empleo en Andalucía», cuyo primer plazo de adhesión culminará el próximo 15 de octubre, considera a estas líneas como «un potente instrumento para impulsar la sostenibilidad ambiental, el desarrollo y la creación de empleo».

El documento exige la terminación urgente de las obras iniciadas del Corredor Mediterráneo (Algeciras-Bobadilla, Bobadilla-Granada y Almería-Murcia). Al tiempo, reclama la programación de otras que están pendientes; la conexión efectiva con los puertos, aeropuertos y áreas logísticas de Andalucía y entre los corredores Mediterráneo y Atlántico.