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MÁLAGA

23 años reprochando un suspenso

Envían a un examinador de Tráfico una carta en la que le recriminan un cate de 1990

MONTSE MARTÍN

Lunes, 12 de agosto 2013, 02:30

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El funcionario no sale de su asombro. Y no es para menos. En la carta dirigida a su nombre, una persona a la que examinó del carné de conducir en 1990 le reprocha que le hubiera suspendido. «Se cumplen 23 años desde el infausto día en que usted más que suspenderme, me insultó amparándose en la discrecionalidad enjuiciadora que le concede su condición profesional». Así comienza la misiva de más dos folios que ha recibido el examinador de la Jefatura Provincial de Tráfico en la que el remitente cateado le recrimina por lo que, a su juicio, fue un «inmotivado suspenso».

Veintitrés años después del examen, el hombre le ha dirigido la carta en la que, sin llegar a proferir amenazas, expone con contundencia su desacuerdo con la evaluación del examinador. En la misma le recuerda que presentó un recurso contra su decisión de catearle, pero que no prosperó «porque usted fue una de personas consultadas durante el proceso y no iba usted a tirar piedras sobre su propio tejado».

El remitente relata que siete años después de aquel suspenso, en el que le dolió particularmente que el examinador le dijera que «tenía que mejorar mucho si quería conseguir mi permiso de conducir», obtuvo el carné en Madrid.

Haciendo gala de que es un buen conductor y para demostrarle que su suspenso fue «inmotivado», le informa de que ha sido uno de los conductores a los que Tráfico ha premiado con dos puntos adicionales para su permiso. Acompaña la carta, además, con un certificado expedido por la propia Jefatura Provincial de Tráfico con el que acredita que no constan sanciones contra él. Por si fuera poco, añade también sendas certificaciones de los ayuntamientos de Málaga y Antequera en el mismo sentido.

Llegado este punto afirma: «Ahora es a mí a quien cabe la posibilidad de decir, con datos en la mano, que hasta puedo ser mejor conductor que usted», aunque agrega que no puede decirlo de forma tajante «porque no dispongo de datos» sobre la evolución del examinador al volante durante los últimos 16 años. No obstante, para advertirle de que le sigue de cerca, le comunica que tiempo atrás envió una carta informando a la Jefatura de Tráfico de que él había observado que este funcionario había cometido una infracción al salir de un aparcamiento, pero que la carta le fue devuelta con el «peregrino» argumento de que no había consignado el número de expediente.

La carta termina casi como empieza, enfatizando el afectado el daño que le hizo el suspenso y el valor que para él tenía el carné «del que me vi innecesariamente privado». Y por si no le ha quedado claro al examinador, le recalca que el valor del permiso de conducir para él fue siempre «muy superior al de su persona».

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