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Málaga

Una veintena de pueblos malagueños han perdido población en la última década

Cañete la Real, Alpandeire y Cuevas del Becerro presentan los mayores descensos, mientras que Alcaucín, Manilva, Benalmádena y Benahavís tienen casi el doble de empadronados

M.Ángeles González

Jueves, 16 de mayo 2013, 04:12

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«Se nota que hay menos gente en el ambiente, en la calle, en el día a día...». Pedro Corrales, funcionario del Ayuntamiento de Cañete la Real y «muy cañetero», dice que le duele en el alma cada vez que un vecino se da de baja en el padrón para irse a vivir a otro sitio. O cuando comprueba que los treinta o cuarenta fallecimientos que se registran cada año solo se ven compensados con un par de nacimientos. La población envejece a marchas forzadas y eso se deja notar en las estadísticas. Este municipio de la comarca del Guadalteba es, junto a Alpandeire, el que más residentes ha perdido en la última década en la provincia de Málaga. Concretamente, en esta localidad vivían 1.901 personas en 2012, un 11,91% menos que en 2002, según los datos publicados por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.

No es el único pueblo en el que se ha producido una caída de la población, otra veintena se encuentran en la misma situación, frente a la inmensa mayoría que ha registrado un aumento del número de habitantes. Los mayores incrementos se han dado en Alcaucín, Manilva, Benalmádena y Benahavís, que casi han duplicado la población, principalmente por el tirón del turismo residencial. En el lado opuesto se sitúan, además de Cañete la Real, Alpandeire y Cuevas del Becerro, con caídas del 11% cada uno. Junto a estos, también hay menos empadronados en Alfarnate (-9,09%), Algatocín (-8,08%), Ardales (-7,72%), Atajate (-3,66%), Benaoján (-4,69%), Benarrabá (-4,28%), El Burgo (-6,41%), Canillas de Aceituno (-8,85%), Faraján (-1,71%), Genalguacil (-2,97%), Igualeja (-1,91%), Jubrique (-5,38%), Teba (-5,65%), Valle de Abdalajís (-8,89%), Villanueva de Tapia (-0,12%) y Yunquera (-3,27%).

Como ocurrió en otras zonas del interior, en los años del boom de la construcción se fueron numerosos vecinos de Cañete la Real a la Costa a trabajar y también a vivir. La burbuja inmobiliaria se desinfló pero muchos ya no regresaron a su pueblo natal, que vive a duras penas de la agricultura y la ganadería, según explica Pedro Corrales. «Las administraciones deberían idear algo para atraer a gente», apunta este hombre, que habla maravillas del municipio aunque reconoce que en cuestiones laborales tiene poco que ofrecer hoy día.

Y mientras Cañete la Real pierde habitantes, en Alcaucín han aumentado casi un 81% en la última década hasta llegar a 2.817 en 2012, según los datos de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo. Y estas cifras se quedan cortas, ya que faltan otras 1.000 personas extranjeras que no están empadronadas pero que viven allí, como explica el alcalde, Domingo Lozano. Fue a partir del año 2000 cuando este pueblo de la Axarquía se convirtió en un atractivo para el turismo residencial, especialmente para los británicos. Su clima, y su ubicación en plena sierra y a quince minutos de la playa lo convierten en una joya para los extranjeros, que suponen una quinta parte de los empadronados, según el regidor, que puntualiza que el 70% son jubilados.

Por delante de Alcaucín se sitúan Benalmádena, con un incremento poblacional del 83,51%, Manilva (+129,52%) y Benahavís (+171,32%). En el caso de la capital, se ha registrado un aumento de residentes del 5,93%, mientras que Carratraca es el único que tiene exactamente el mismo número de empadronados.

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