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El hotel de cinco estrellas y el balneario de agua marina, el más grande de Europa, la joya de Marina d’Or.:: L. P.
La ruleta de Marina d’Or
sociedad

La ruleta de Marina d’Or

‘La ciudad de vacaciones’ se juega su futuro con el complejo de casinos Eurovegas. En la timba ya están Madrid y Barcelona

ARTURO CHECA

Jueves, 7 de junio 2012, 22:38

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Marina dOr es como un titán con siete vidas. A la niña bonita de la burbuja inmobiliaria del Mediterráneo no la ha tumbado la devastadora crisis del ladrillo, ni las continuas demoras en la aprobación de planes urbanísticos o el cierre en seco del grifo de los inversores privados. Aunque en realidad no tiene nada que ver con el rincón de la felicidad que anunciaba Anne Igartiburu. La ciudad de vacaciones todo el año empezó a crecer con el nuevo siglo en Oropesa del Mar, al calor de unas cifras de ensueño:capacidad para albergar a 220.000 personas (la ciudad de Castellón tiene hoy 180.000 habitantes), una docena de hoteles, 46.000 apartamentos, tres campos de golf y un mega parque temático, Mundo Ilusión, calificado por el expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra como «de circo y magia».Se dijo que sería la sede permanente en Europa del afamado Circo del Sol y su apertura llegó a anunciarse para 2003. Vendían humo.

Hoy, 36.000 apartamentos, siete hoteles, los tres campos de golf y Mundo Ilusión siguen durmiendo el sueño de los justos (este último, tanto que hasta desde Marina dOr se desvinculan del mismo y lo atribuyen a «otra firma»). Lo mismo que el tren aéreo que un día sonó para unir la urbanización y los hoteles frente a la playa. La Generalitat Valenciana ya ha dado luz verde al plan urbanístico de 18 millones de metros cuadrados que debería servir de escenario para levantar el proyecto. Aunque desde la empresa ponen los pies en el suelo: su plazo de finalización se sitúa... en 2035. Más de dos décadas por una sencilla razón: no hay dinero con el que llevarlo a cabo. Pero el gigante Marina dOr está muy lejos de besar la lona.

Un as en la manga. Eso es lo que tienen sus responsables, capitaneados por Jesús Ger, el presidente del emporio, un catalán que llegó a Oropesa del Mar a mediados de los 80 con la modesta labor de vender colchones y que acabó viendo en las decenas de playas vírgenes a 100 kilómetros al norte de Valencia un edén en el que levantar un emporio turístico. El magnate de Las Vegas Sands, Sheldon Adelson, debía desojar la margarita de Madrid y Barcelona. Pero Marina dOr ha apostado por convertirse en el tercer pétalo. Tanto Ger como el Gobierno valenciano confirman la apuesta: el complejo aspira a llevarse el pastel de Eurovegas, el despampanante casino cuya ubicación concreta en España desvelará Adelson a finales de mes. Para los responsables institucionales, un maná de hasta 28.000 empleos; para otros, como el presidente de Kutxabank, «una especie de casa de putas» y un paraíso para el blanqueo de dinero.

La bomba les estalló en las manos a los propios responsables de Marina dOr el pasado sábado, cuando saltó la noticia. En el parque todo era pompa y circunstancia. La firma tenía lista la Fiesta de Primavera, que esta vez reunió a touroperadores, agencias de todo el mundo y 3.500 invitados en una cena de alto copete para vender sus bondades. La guinda del pastel era el cantante David Bustamante, que repartió sonrisas a mansalva entre los asistentes. Jesús Ger sabe de la importancia de la imagen y no duda en encomendársela a primeros espadas del papel couché, en un modelo similar al que emplean sus paisanos de Porcelanosa. El testigo de la televisiva Anne Igartiburu lo ha cogido este año la cantante Merche, que incluso ha grabado un disco cuyo nombre lo dice todo: Marina dOr, ¡qué guay!. «La noticia no la dimos nosotros», explicó ayer a este periódico un portavoz de la firma. «Ha habido algún tipo de contacto, pero es todo muy preliminar, no tan avanzado como parece».

Gangas a mitad de precio

Desde la firma ni siquiera niegan que la golosina de Sheldon Adelson es la tabla de salvación a la que quiere aferrarse el grupo. «No hay financiación para Marina dOr Golf (el proyecto que incluye 36.000 apartamentos y otros siete hoteles) y la opción es aspirar a este concurso, a ver qué pasa...». Ya en 2004 se hablaba de 6.000 millones de euros como el presupuesto necesario para hacer realidad todo el sueño. Mucho dinero en una época dominada por primas de riesgo, rescates y naufragios bancarios...

Pero lo cierto es que, después de unos años asomado al precipicio, el gigante quiere volver a levantarse. Las cifras que trascendieron en 2009 hablaban de unas pérdidas de 26,4 millones de euros. En 2010, en cambio, los numerosos rojos se convirtieron de nuevo en beneficios: 4,6 millones (aunque el coste no confirmado desde la empresa es que la plantilla se ha reducido de 1.500 a 800 empleados).

La ciudad de vacaciones sabe bien que cualquier ocasión es buena para hacer negocio. La prueba, hace solo un mes: entre el 6 y el 8 de abril, el tiempo que David Ferrer, Nicolás Almagro y el resto de la armada española emplearon en ventilarse a Austria de la Copa Davis en la pista para 11.000 espectadores levantada en el propio aparcamiento de Marina dOr. A unos metros, en el centro comercial inmobiliario, se frotaban las manos. En apenas tres días, la promotora logró apalabrar la venta de 70 pisos en primera línea de playa. Eso sí, con una rebaja igual de importante: 69.000 euros por unos apartamentos por los que hace no mucho pedían 164.000. Lógico cuando la propia firma reconocía hace ya dos años tener un stock de viviendas de casi 2.000 en toda España.

Marina dOr tiene claro cuál es su principal carta para reventar la banca y llevarse los 18.000 millones de euros de inversión que Sheldon Adelson trae bajo el brazo: los 1.800 millones de metros cuadrados urbanizables desde ya y la tentadora combinación de turismo de sol y playa. Evidentemente, Madrid y Barcelona juegan con ventaja. Llevan años de contactos y han tentado al magnate con promesas de exenciones fiscales y permisividad para fumar en el local. La capital de España ya ha tenido hasta una premonitoria visita del mandamás de Las Vegas Sands. Claro que si hacemos caso a uno de los chascarrillos que Sheldon Adelson lanzó a comienzos de abril, la lucha se presenta enconada: «Iremos donde haya buena comida».

Mientras, en Marina dOr, su amado lema de vacaciones todo el año también sigue siendo una quimera. Ciertamente, en verano, puentes y temporada alta, el complejo turístico ha llegado a colgar el cartel de no hay habitaciones. Pero el resto del año, la zona es un erial de turistas y una postal repleta de persianas bajadas y carteles de se vende.

Eurovegas, de todos modos, podría hasta obrar el milagro que tantos esperan en Castellón: traer aviones al único aeropuerto peatonal que hay España, inaugurado hace más de un año por Carlos Fabra.

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