Mara Dierssen: «Las cosas que no cuestan esfuerzo no dejan huella en nuestro cerebro»

málaga. Uno de los grandes problemas de la sociedad actual es que se rige por la ley del mínimo esfuerzo y el máximo placer, algo que acabará pasando factura a nuestros cerebros. Lo afirma una de las investigadoras españolas más punteras en neurobiología, Mara Dierssen (Santander, 1961), que ayer visitó Málaga para ofrecer una conferencia en un ciclo organizado por la Diputación. La científica, experta a nivel mundial en el estudio del síndrome de Down, advierte de que la falta de entrenamiento mental, vinculada al uso de las tecnologías, puede acelerar procesos degenerativos como el alzhéimer o la demencia senil.

Su ponencia se centra en la mente del artista y en el lenguaje neuronal. ¿Las neuronas hablan?

Claro. La comunicación neuronal es lo que te permite pensar, sentir o moverte, y esa charla, en términos de un lenguaje electroquímico, es lo que hace que el ser humano sea humano.

¿Esa comunicación es igual en todas las personas?

En algunas regiones cerebrales sí porque son las encargadas de funciones básicas como respirar; pero en otras, sobre todo las que se sitúan en la corteza cerebral, vemos que el hecho de que realices una determinada actividad hace que la comunicación sea mucho más rica porque se crean nuevos contactos. Tú de alguna forma esculpes y construyes tu cerebro.

¿Lo entrenamos lo suficiente?

El problemas que tiene la sociedad actual es que utiliza la ley del mínimo esfuerzo y el máximo placer. Si a las personas que sufren enfermedades degenerativas las mantenemos activas, las hacemos sentirse partícipes y mantenemos contactos y vínculos afectivos con ellas, se va a retrasar la aparición de los síntomas, que serán menos graves. Si alguien consigue algo sin esfuerzo se suele decir qué suerte, y es al revés. Lo que nos dice la neurobiología es que las cosas que no cuestan ningún esfuerzo tampoco dejan ninguna huella en nuestro cerebro. Precisamente lo que sirve es lo que deja huella, lo que te cuesta.

-¿Este fenómeno va unido a las nuevas tecnologías?

-Por supuesto que influyen. Estamos subcontratando habilidades neuronales. Antes, para llegar a un sitio tenías que hacer un mapa mental, ahora le dejas esa tarea al GPS y utilizándolo no te va a crecer el hipocampo.

-¿Nos va a pasar factura?

-A nivel neurobiológico ni te va entrar un cáncer ni nada parecido, pero pierdes una serie de habilidades que antes tenías. Sabemos que las personas con alzhéimer desarrollan antes y de forma más grave la enfermedad cuando su desarrollo cognitivo ha sido más bajo.

-¿España se arrepentirá de los recortes en investigación?

-Si la administración piensa en el avance del país, no invertir en tecnología o investigación es un error y va a tener unas consecuencias fatales para España. El conocimiento es lo que te permite avanzar y es muy difícil de recuperar.

-¿En qué punto se encuentra la investigación en síndrome de Down?

-Se ha avanzado de forma espectacular, pero sobre todo gracias a la inversión de proyectos europeos. Eso refleja el valor que se le da en nuestro país.

-¿Qué ha aprendido de las personas con síndrome de Down?

-Una manera diferente de ver el mundo, mucho más emocional y espontánea. Son personas que se preocupan por sus semejantes, entusiastas y apasionados. Ya hay muchos chicos y chicas que trabajan y tienen su vida independiente e incluso contamos con actores como Pablo Pineda. Ojalá hubiera muchos como él.