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Málaga

Momentazos 'malayos'

Procesados que lloran, abogados con ataques de risa, tensos careos, confesores y delatores… El juicio por el ‘caso Malaya’ es también un espectáculo que da para mucho

Enrique Miranda

Domingo, 26 de febrero 2012, 11:31

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Una secretaria desesperada que relata la presión de su jefa, un empresario italiano que niega su relación con la mafia, una sigilosa reunión entre abogados, unas enigmáticas iniciales Estos elementos podrían formar parte de cualquier guión mediocre llevado a la pequeña pantalla; de una serie sin grandes aspiraciones, de un culebrón.

Pero este serial en el que se ha convertido el juicio por el caso Malaya es tan real como los años de desfalco y fraude que vivió la ciudad de Marbella en uno de los episodios más grises de la democracia española. Pese a que aún quedan capítulos por delante (el juicio durará, como mínimo, hasta el verano), el macroproceso contra la trama de corrupción ya ha vivido algunos episodios unos más relevantes, otros anecdóticos- que dan una muestra de lo que está sucediendo en la principal sala de los juzgados malagueños.

Las sesiones más relevantes

-Arranca el juicio. Lo que para cualquier proceso judicial es un mero trámite, en el caso Malaya era todo un logro. Entre un gran revuelo mediático, el 27 de septiembre de 2010 arrancó un proceso complejo, tanto por el número de acusados (95 procesados, para los que se solicitan en conjunto más de 500 años de cárcel y más de 4.000 millones en multas) como por la variedad de los delitos y su relevancia. Durante varias semanas se escucharon las cuestiones previas y las defensas se esforzaron por pedir la nulidad del proceso y denunciar la vulneración de derechos constitucionales

-Habla el funcionario que destapó la trama: En los primeros meses se pudo escuchar el testimonio del principal testigo del juicio. Jorge González el que fuera jefe del servicio jurídico de urbanismo de Marbella relató el descontrol y la arbitrariedad con la que se concedían las licencias en el Ayuntamiento

-Roca confiesa que compró lotería premiada. Tuvo que pasar casi un año para escuchar a Juan Antonio Roca hacer una revelación importante. En septiembre de 2011, Roca reconocía haber comprado billetes de lotería premiados para no pagar impuestos. El principal acusado reconocía el delito fiscal, pero exculpaba a su mujer (María Rosa Jimeno) y a su hija (María Roca), que eran titulares de las cuentas bancarias donde se ingresaron estos premios.

-Primer empresario que admite los sobornos. El 17 de octubre de 2011, el juicio dio un vuelco inesperado. El empresario Ismael Pérez Peña, encargado del servicio de la grúa municipal, admitía el pago de más de 180.000 euros a Roca y el regalo de varios coches a Marisol Yagüe a cambio de la concesión del servicio de grúas. El procesado llegó a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y, a cambio de reconocer los delitos, obtenía una sustanciosa reducción en la pena que solicitada para él. Además, el fiscal retiraba la acusación de falsedad documental a su hijo, Javier Pérez Villena, que se convertía en el primer absuelto de Malaya. Meses después, el constructor Fidel San Román también reconoció el pago de tres millones por exigencia de Roca para poder obtener licencias urbanísticas.

-Roca confirma los sobornos a concejales. Tras más de 100 sesiones de juicio y poco después de la confesión del empresario Pérez Peña, Roca abría la caja de los truenos. Por primera vez confirmaba que los famosos archivos Maras correspondían con su contabilidad privada, en la que se reflejaban todas las entradas y salidas de dinero de sus cuentas. Admitió haber cobrado cantidades millonarias de empresarios y haber repartido sobres con dinero entre los concejales del tripartido. Eso sí, Roca aseguró que los pagos de los empresarios eran por su labor de asesor urbanístico y a que a los ediles los gratificaba para evitar que dejaran el equipo de gobierno. Con estas explicaciones trataba difuminar el delito de cohecho, sin vincular el pago de un soborno a cambio de una resolución administrativa, como por ejemplo, la aprobación de una deuda.

-Los concejales, cara a cara con Roca: En el último bloque del juicio, los empresarios y exediles se han defendido de las acusaciones de cohecho. Los tres exconcejales que declararon (José Jaén, Isabel García Marcos y Marisol Yagüe) han coincidido en negar que recibieran sobornos de Roca. García Marcos, Yagüe y el fugado Carlos Fernández eran, según Roca, los encargados de repartir el dinero entre sus compañeros de grupo. Tanto García Marcos como Yagüe se enfrentaron en careos con Roca; Marcos apenas miró a la cara del jefe de la trama, mientras que la exalcaldesa no dudó en mostrarle su cariño.

Los episodios más curiosos

-Equívocos que arrancan las risas: Durante las horas y horas de juicio también ha habido tiempo para equívocos y anécdotas curiosas. En una ocasión, uno de los letrados pidió la palabra para preguntar por la pausa del café, ante la sorpresa de toda la sala. En otra sesión, un abogado le pidió a un perito que leyera un documento. El testigo empezó a leer: «De eso tenemos que hablar más adelante...», decía el texto. «No, yo quiero hablar ahora», le interrumpió tajante el letrado, sin darse cuenta de que la afirmación del perito formaba parte de la lectura. El tribunal y el resto de abogados no pudieron evitar el ataque de risa.

-Pinchazos telefónicos que sacan los colores: Entre las pruebas que se han aportado en el juicio, las más llamativas son las escuchas telefónicas intervenidas por la policía, que tenían pinchados los teléfonos de algunos acusados. Los procesados tienen que escuchar en la sala conversaciones suyas que en muchas ocasiones contradicen lo que acaban de declarar. Dejando a un lado el lenguaje soez empleado en las charlas, en algunos de estos pinchazos se refleja el tremendo poder de Roca en el Ayuntamiento de Marbella. «Yo voy a hacer siempre lo que tú creas que es conveniente», le dice Yagüe a Roca en una de estas conversaciones.

-La culpa la tiene Isabel Pantoja: En mayo de 2007, Isabel Pantoja fue detenida en el marco de a operación Malaya. La tonadillera sin embargo no se ha sentando en el banquillo; su causa relacionada con el blanqueo de capitales se separó de Malaya y no se celebrará hasta el próximo 28 de junio. No obstante, la expareja de Julián Muñoz ha sido nombrada por algunos de los procesados, sobre todo por Juan Antonio Roca. El exgerente de urbanismo no llegó a citar su nombre, pero Roca habló de la «aventura extraconyugal» del exalcalde como uno de los motivos de peso para que varios concejales pactaran echar a Muñoz de la Alcaldía.

-El show y las lágrimas de Sandokán': Sin duda el testimonio más sorprendente y surrealista de todo el proceso es el del empresario cordobés Rafael Gómez. Conocido popularmente como Sandokán por su parecido con el actor que encarnó al personaje, el promotor recordó sus «humildes» inicios profesionales para desmarcarse de la trama de corrupción. Relató su pasado como cabrero, desplumador de pollos o joyero en una declaración llena anécdotas de anécdotas personales que hicieron reír a la sala. También hubo tiempo para la emoción y al procesado se le escaparon las lágrimas en un par de ocasiones.

-La paciencia del juez Godino, al límite: Si hay algo que caracteriza al presidente del tribunal que juzga Malaya, José Godino, es su temple y mano izquierda. Flexible con las necesidades de los acusados, pocos han puesto su paciencia al límite. El último, el empresario Andrés Liétor, empeñado en acusar a la policía de «manipulación» de pruebas. Godino también ha tenido que llamar la atención en varias ocasiones a procesados que no dejaban de hablar, gesticular o reírse en la sala durante los interrogatorios. En otra sesión, el juez tuvo que advertir de que expulsaría de la sala a cualquier acusado que siguiera hablando.

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