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Las instalaciones de la firma están en el polígono Guadalhorce. / ÁLVARO CABRERA
Pigmentos malagueños para tenir el mundo de rojo
dinero y empleo

Pigmentos malagueños para tenir el mundo de rojo

Óxidos Rojos de Málaga exporta el 75% de su producto, conocido como ‘spanish red’. Pero quiere más

EUGENIO CABEZAS

Domingo, 25 de abril 2010, 14:37

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«Sabes más que los ratones coloraos», reza un dicho muy popular en Málaga que, según aseguran los responsables de Óxidos Rojos de Málaga, se acuñó en la fábrica que esta centenaria empresa tenía en la barriada de La Victoria.

Fundada en 1902 por el empresario británico Simón Kinnersley, la firma se mantiene hoy día como la única en Andalucía dedicada a la producción de pigmentos minerales rojos para la construcción y las pinturas, entre otros usos. «Piensa que por entonces trabajaban aquí más de 200 personas, y que en esa época los métodos de molturación del mineral eran muy rudimentarios. Recuerdo que todas las casas del barrio estaban siempre teñidas de rojo por el polvo del mineral. Así que imagínate cómo no estarían los ratones que merodeaban en busca de algo de comida», rememora Simón Kinnersley, nieto del fundador.

Este británico, periodista de profesión de 59 años, lleva una década al frente de la sociedad, que hoy día pertenece a un grupo empresarial inglés llamado Golden Valley Colours. Las instalaciones hace ya 25 años que se mudaron del centro de la capital malagueña y se trasladaron a las afueras, al polígono industrial Guadalhorce. Sin embargo, la esencia de la empresa sigue siendo la misma y adentrarse en sus naves de fabricación, con 10.000 metros cuadrados de superficie, sigue pareciéndose a realizar un viaje al planeta Marte, pues todo allí está completamente cubierto de polvo de color rojo.

La culpa la tiene el mineral con el que trabajan en esta fábrica, óxido férrico cuya formulación química es Fe2 O3, que se extrae desde hace tres décadas de unas minas situadas en la localidad de Zamoranos, muy próxima a Priego de Córdoba. «Es un yacimiento muy rico y con un mineral de primerísima calidad, de los mejores del mundo, porque tiene muy poca humedad y el color es muy intenso», detalla Kinnersley.

Alta calidad

De las 4.000 toneladas que se producen cada año de este óxido de hierro rojo que en la fábrica es molido y presentado en diversos formatos, con un grosor que oscila entre las dos y las 8,5 micras, el 75% se vende fuera, a un total de 80 países repartidos por los cinco continentes. «Es muy afamado y conocido fuera de nuestras fronteras, donde se le conoce como spanish red», explica el gerente de Óxidos Rojos de Málaga, quien destaca que en el conjunto de España tan sólo queda otro fabricante de óxido férrico en Zaragoza. «Pero su producto no tiene la misma calidad ni la intensidad de color del nuestro. Es más marrón», apostilla.

Por este motivo, el producto que sale de las instalaciones malagueñas cuenta con una gran aceptación en todo el mundo, desde Sudamérica hasta Oriente Medio, pasando por Estados Unidos, Australia y Europa. «En el mercado hay pigmentos sintéticos, que producen, por ejemplo, los chinos, pero no tienen la misma calidad. De hecho, ellos nos compran a nosotros nuestro producto natural», explica Simón Kinnersley.

Entre las aplicaciones que tiene este pigmento está el uso en pinturas, pavimentos asfaltados, baldosas de hormigón utilizadas en las pistas polideportivas, ladrillos refractarios, plásticos, tintes, papel y cartón, barnices para la madera, cremas para calzado y hasta en alimentación animal, para enriquecer en hierro los piensos. Óxidos Rojos de Málaga cuenta con actualmente con 15 empleados y el pasado año facturó 1,5 millones de euros, una cifra muy similar a la del ejercicio anterior.

Mirando al exterior

Sin embargo, la crisis económica y, en especial, la del sector de la construcción ha hecho que las ventas nacionales de la compañía se resientan considerablemente, por lo que la estrategia comercial de cara al futuro pasa por incrementar las exportaciones. «Tenemos clientes prácticamente en todos los territorios del mundo, y ahora estamos tratando de introducirnos en nuevos mercados, en los que nuestra presencia era menor, como Norteamérica u Oriente Medio», comenta Kinnersley.

Para ello, en los últimos meses han acudido a ferias internacionales, como la American Coatings Show, que se celebra en la ciudad estadounidense de Charlotte. «Estamos tratando de recuperar cuota de mercado en aquel país, porque hemos perdido mucho negocio debido a la devaluación del dólar frente al euro», aclara el jefe de ventas internacionales, Raúl Sánchez. «Esperamos que la situación mejore este año y podamos conseguir más contratos en aquel país, así como en distintos territorios de Oriente Medio», añade.

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