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Una foto de la joven Marta utilizada en los carteles que se hicieron para su búsqueda, que comenzó el día siguiente de la desaparición. :: SUR
Marta del Castillo, caso abierto
REPORTAJE

Marta del Castillo, caso abierto

La frustración por no hallar el cadáver marca el aniversario del crimen de la joven sevillanaCinco acusados esperan juicio, entre ellos un menor y el autor confeso de una muerte que conmocionó al país

MARÍA DOLORES TORTOSA

Domingo, 24 de enero 2010, 02:47

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Esta mañana un joven de 20 años, Miguel Carcaño, se desayunará como cada mañana. No lo podrá hacer otra joven, Marta del Castillo, que ahora tendría 18, pero que cuando la asesinó hace hoy un año, en su casa de Sevilla, según confesó él mismo, tenía 17. Ambos habían sido novios durante un corto periodo de tiempo. La joven Marta podría haberse incluido entre las 55 víctimas de la violencia de género del pasado año en España. Pero el caso de Marta fue y sigue siendo algo más y no sólo por la repercusión mediática y la conmoción que su desaparición y muerte causara en Sevilla y en el resto del país. Un año después su cuerpo sigue sin aparecer, pese a la intensa búsqueda policial. Hay cinco acusados, entre ellos el asesino confeso, Miguel Carcaño, el único en prisión. Su desayuno de hoy será en la cárcel de Morón. Los restantes, entre ellos un menor, están en libertad a la espera de juicio, cuyas diligencias están cerca de concluir.

Pero el 'caso Marta del Castillo' no ha concluido ni se cerrará hasta que su cadáver aparezca.

Versiones

Una maraña de mentiras y distintas versiones de los inculpados sobre lo que ocurrió la madrugada del día 24 al 25 de enero de 2009 es la raíz de la frustrada búsqueda de Marta. El principal acusado, Miguel Carcaño, declaró primero que la mató golpeándola con un cenicero en su casa de la calle León XIII de Sevilla en una discusión, y que sus amigos Samuel Benítez y J. M. El Cuco le ayudaron a arrojar el cadáver al río Guadalquivir. Luego manifestó que lo habían depositado en un contenedor. En otra ocasión dijo que 'El Cuco' y él habían intentado abusar de Marta y el menor la había estrangulado. En esta confesión exculpó a Samuel. En su última declaración volvió a la primera versión, es decir, que la mató con un cenicero, pero no la violó. El resto de inculpados defienden que no tienen nada que ver, aunque en una primera declaración tanto 'El Cuco' como Samuel admitieron su participación.

Tres búsquedas

Como resultado de las distintas versiones, la policía y la Guardia Civil organizaron varias búsquedas. Primero en el río, donde bucearon en más de 80 kilómetros, luego en el vertedero de Alcalá de Guadaíra, cuyo coste el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, ha informado de que sumó 200.000 euros. La búsqueda continuó en Camas junto a la casa de la ex novia de Carcaño, una joven de 14 años, Rocío, con la que vivía después del crimen. Todas las pesquisas han fracasado.

La policía sigue buscándola. No dice dónde ni qué pistas nuevas sigue para no volver a caer en la presión mediática que anteriores búsquedas tuvieron, pero está en ello, según confirmaron a este periódico fuentes de la policía.

Jurado y defensa

El juez instructor, Francisco de Asís Molina, acordó que los cuatro imputados adultos sean juzgados según la Ley del Jurado, lo que satisface a la familia. El menor lo será por un tribunal de menores. La acusación pide que ambos juicios se celebren al mismo tiempo. Tras un año, la Fiscalía tiene clara la relación de los hechos y acusa a Carcaño y al menor de asesinato y violación. Al resto de encubrir el crimen.

La defensa de los abogados sostiene la dificultad de enjuiciar un caso con acusación de violación cuando no hay cadáver. En un comunicado remitido a las agencias, la abogada de Carcaño, Paloma Pérez Sendino (la tercera en un año), ha dicho que sin el cadáver, se podría dar por buena su primera declaración, según la cual no hubo violación y mató a Marta de un golpe con un cenicero.

La palabra que más se escucha estos días en los ambientes policiales, judiciales y de la familia a la hora del balance es «frustración». Y lo peor: el sufrimiento de la familia, sobre todo de los padres, Antonio del Castillo y Eva Casanueva, una joven pareja con otras dos hijas pequeñas que desean ver enterrada a Marta para así poder, de algún modo, rehacer sus vidas tras el largo padecimiento.

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