Borrar
Una nariz difícil. El cirujano utilizó trozos de las costillas de Belén para modelar su tabique. :: J. R. LADRA
Ramón Vila-Rovira, cirujano plástico: «Operar a Belén ha sido como hacer bricolage»
GENTE Y TELEVISIÓN

Ramón Vila-Rovira, cirujano plástico: «Operar a Belén ha sido como hacer bricolage»

Si la Esteban hubiera ido a la universidad, «ahora sería ministra», asegura el médico que ha obrado el cambio de rostro de la polémica ex de Jesulín

ARANTZA FURUNDARENA

Domingo, 20 de diciembre 2009, 11:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Nació en la Ciudad Condal hace... «40 años, déjelo ahí», ejerce como cirujano plástico en la barcelonesa clínica Teknon y está casado con la nutricionista Montse Folch, inventora de la dieta de la alcachofa. Algo sabía Ramón Vila-Rovira de la fama, pero desde que le operó la nariz a Belén Esteban está que alucina. Seis millones y medio de telespectadores se congregaron el viernes por la noche para contemplar su obra.

- ¿Pasará a la historia como el cirujano que operó a Belén Esteban?

- Estoy resignado. También operé a Karleme Marchante y no se armó tanto revuelo. Pero Belén es tan mediática que todo lo que he hecho hasta ahora parece que importa un bledo.

- Porque usted lleva muchos años en esto.

- Más de 25, ejerciendo la cirugía plástica, estética y reparadora. De la pública pasé a la privada, porque allí tienes un sueldo, pero aquí, cada operación es un sueldo.

- La de Belén, por ejemplo, ¿cuánto cuesta?

- Una intervención de este tipo se acerca a los 20.000 euros.

- ¿Conocía de antes a Belén Esteban?

- No mucho, la verdad. Yo era de los que le decía a mi mujer «cambia de canal» cuando ponía esos programas.

- Y ahora sale usted en ellos.

- Me he metido en este circo, sí, pero temporalmente. El 'boom' durará un par de meses y luego yo volveré a mi trabajo de siempre, que es lo que me hace feliz. Además, en la tele no cobro. El representante de Belén me dijo que podía subir mi cachet. Me negué. Mi cachet está en las operaciones.

- Algunas narices parecen más operadas que otras...

- Es que hay narices más agradecidas, como la de doña Letizia, y otras más difíciles, como la de Belén. Lo de Belén ha sido una rinoplastia reconstructiva, mientras que la rinoplastia de la Princesa era muy sencilla. Sólo había que limar la jiba.

- En cambio, Belén tenía destruido el tabique. ¿Por qué?

- Perdió peso, es diabética...

- La diabetes, dicen, no destruye el tabique. Sí, en cambio, la cocaína.

- Belén me dice que esa no es la causa y yo tengo que creerla. Ella es diabética e hipertiroidea, y padece una especie de dismorfia grasa, una alteración por la cual se quedó totalmente sin grasa y todo eso le ha afectado a la cara. Yo, la historia clínica y cosas que ella me haya podido contar, no voy a revelarlas. Me debo al juramento hipocrático.

Más que la nariz

- ¿Le ha impresionado Belén Esteban?

-He pasado de no entender su éxito a adorarla. Humanamente es un 'crack'. Tiene una fuerza que ni ella la conoce. Si hubiera estudiado en la universidad, habría llegado a ministra.

- ¡Qué me dice!

- En serio. Es un animal humanamente atractivo e, incluso, inteligente. Ahora que me he metido dentro de su nariz, entiendo el fenómeno. Belén atrae, engancha.

- ¿Cómo le reconstruyó el tabique nasal?

- Extraje dos trocitos de su octava y novena costilla. Los pasé a una mesa especialmente preparada y ahí con unas tijeritas y una especie de bisturí fui cortando lo que luego sería la estructura básica de la nariz nueva. Es como hacer bricolage... Sí, sí, no se ría, es bricolage. Luego, eso, lo coloco dentro de la nariz, veo si me gusta. Si no me gusta, lo vuelvo a sacar y recorto otro poco. En cirugía estética, dos y dos son cinco.

- ¿Por eso le ha quedado la nariz algo torcida?

- No, lo que pasa es que está inflamada. Sólo han pasado veinte días. Si mira usted bien su nariz, verá que también está un poco torcida. Todos somos asimétricos. Además, no me importaría que a Belén le quedara la nariz lateralizada. Es más natural. Y, en todo caso, en un año se la corrijo.

- ¿Cuánto duró la operación?

- Unas cuatro horitas.

- Porque no sólo le reconstruyó la nariz...

- Le operé también los párpados, le quité las bolsas de los ojos, le rellené los pómulos con un cóctel a base de hialurónico y antioxidantes, le inyecté en el mentón un gel que se llama 'subQ'... En dos años, habrá que hacer un mantenimiento.

- ¿Tan traumatizada la vio con su físico?

- La autoestima la tenía por los suelos. Ella decía: «Doctor, es que yo, con esta cara...».

- ¿Y si ahora las señoras bien no quieren operarse con usted?

- Pues que no vengan. Yo sólo opero a gente con la que tengo empatía. Para mí esto no es un trabajo, sino un placer. A mí me gusta operar, modelar...

- El bricolage, vaya.

- Sí, sí... (risas). Me encanta el bricolage.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios