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José Luis Rodríguez Zapatero charla con el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. :: EFE
Zapatero augura que Haidar volverá pronto a su casa, pero Rabat dice que no
ESPAÑA

Zapatero augura que Haidar volverá pronto a su casa, pero Rabat dice que no

El PP responsabiliza al Gobierno socialista del «secuestro» de la activista saharaui

ANTONIO MONTILLA

Jueves, 17 de diciembre 2009, 02:34

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José Luis Rodríguez Zapatero «espera y confía» que Aminatu Haidar regrese «pronto» a El Aaiún gracias a las gestiones diplomáticas de su Gobierno. «Nosotros vamos a resolver este problema», aseguró ayer en el Congreso. Pero el ministro de Estado y secretario general del Movimiento Popular de Marruecos echó un jarro de agua fría al optimismo del presidente, pues su país «no va a ceder al chantaje de la denominada Aminatu Haidar», según informa la agencia oficial marroquí MAP.

El jefe del Ejecutivo hizo gala más una vez más de su inveterada confianza en sí mismo. Cuando nadie ve la luz en el 'caso Haidar', él sí, pese a que su Gobierno tiene que mantener un difícil equilibrio entre la defensa del derecho de autodeterminación de los saharauis y la condena por la expulsión de la activista y al mismo tiempo avanzar en el acuerdo de asociación entre Marruecos y la Unión Europea.

Dejó claro durante la sesión de control parlamentario al Ejecutivo que no figura en sus planes tomar medidas contra Rabat porque la política exterior de su Gobierno se guía por el principio del «acercamiento o integración», en vez de por una política de «aislamiento». Zapatero, que evitó citar a Marruecos, se limitó a rebatir que España ha actuado como un «país solidario» al brindar a Haidar todo el apoyo y, a la vez, mantiene, «desde la prudencia y la discreción», negociaciones con Marruecos. Un empeño, dijo, que no cesó ni mientras se celebraba el debate en el hemiciclo del Congreso, según desveló. Lo que no hizo, por la mentada discreción, fue dar datos de las conversaciones.

El presidente del Gobierno tuvo que fajarse en el Congreso con distintos portavoces críticos con su estrategia para conseguir el retorno de Haidar a El Aaiún. Tarea en la que contó con la colaboración de los ministros de Interior y Asuntos Exteriores. Rosa Díez, de UPyD, pidió al jefe del Ejecutivo durante una comparecencia previa sobre las prioridades de la Presidencia española de la UE que se congelarán las negociaciones de Marruecos con la Unión hasta que Haidar pudiera retornar a su casa. Uxue Barcos, de Nafarroa Bai, exigió a Zapatero una «respuesta clara» frente a la postura de Marruecos.

«Quieren mi muerte»

Uno de los momentos más agrios se vivió con el 'cara a cara' entre el popular Rafael Hernando y Alfredo Pérez Rubalcaba. El diputado opositor aseguró que la activista saharaui había sido «deportada ilegalmente» con la «colaboración» de España y que se encuentra en Lanzarote «técnicamente, y como se diría en román paladino, secuestrada». Además, lamentó que el Gobierno haya culpado «una vez más» a la Policía de un error del Ejecutivo. El ministro del Interior insistió en que «no hubo orden política» para que Haidar entrara en España y que la decisión la tomó «quien tenía que tomarla», la Policía.

El portavoz de IU, Gaspar Llamazares, volvió a insistir en que el Rey medie con la dinastía alauita y Miguel Ángel Moratinos se reafirmó en que «el Gobierno tiene el mandato constitucional de desarrollar la política exterior de España».

Mientras prosigue la frenética actividad diplomática, Haidar comienza a resentirse de los 32 días sin comer. Comienza, según su entorno, a tener náuseas frecuentes y cada vez tiene más dificultades para beber agua azucarada, su único sustento. Pero se mantiene firme; en unas declaraciones al diario argelino 'El Watan' se mostró convencida de que Marruecos «quiere mi muerte, ésa es su gloria». Advirtió de que sus órganos vitales pueden empezar a fallar, pero si es así seguirá con la huelga. «No respondo de nada», dijo. Acusó además a España de anteponer sus «intereses económicos» en Marruecos al respeto a «los derechos humanos». Hay, a su juicio, «un complot» de los dos países. Ayer, el rey Mohamed VI defendió la autonomía del Sáhara dentro de Marruecos como freno al terrorismo de Al-Qaida en la región.

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