Carmen Thyssen: «Los cuadros son míos, aunque mi intención es que sean de Borja»

Las desavenencias de la baronesa Carmen Thyssen con su hijo, Borja, y su nuera son casi una cuestión de Estado. El cruce de denuncias entre madre e hijo se ha seguido con morbosa avidez, vía televisión, en directo y en 'prime time'. Hace meses que no habla con su hijo y previsiblemente no se verán estas Navidades. Carmen Thyssen se refugiará con sus hijas en su casa de Sant Feliu. En un nuevo encuentro con la prensa ayer en Madrid, la baronesa demostró que no tiene nada que ocultar y, por tanto, nada que callar. Lo que más le ha dolido es «la ofensa que he recibido; me han querido quitar mi prestigio como madre. Y soy madre ante todo».

La reclamación que hizo Borja de dos pinturas de su colección, un 'goya' y un 'giaquinto', podría entorpecer las negociaciones entre la baronesa y el Ministerio de Cultura para el alquiler de la colección al Estado español -ya advirtió que no habría venta- o la colección final que se exhibirá en el Museo Carmen Thyssen de Málaga. ¿Cómo van dichas negociaciones? «Van bien, se han enviado todos los documentos pertinentes a Cultura», comenta sin querer entrar en detalles. De momento, en febrero se unirán en el Museo Thyssen las dos colecciones -la del barón y la suya-. Ahora están expuestas por separado, pero hace tiempo ya se pensó en la idea de unirlas por escuelas. «Me hace mucha ilusión». No descarta tampoco que venda al Estado pinturas de los siglos XVI y XVII, pero nada más. «A un Ministerio de Cultura inteligente no le interesaría romper la colección. Yo soy la única coleccionista privada que queda hoy».

«Lo achaco al abogado»

En cuanto a los dos cuadros que reclama Borja, insiste Carmen Thyssen en que al abogado de su hijo, Pedro Mejías, «le falta información. Mi colección, como en su día la del barón, se lleva según las leyes de Bermudas, que son leyes inglesas, y no establecen la legítima para ningún heredero. Borja está mal aconsejado. Los cuadros son míos -hasta la ex ministra Carmen Calvo lo ha reconocido-, aunque mi intención es que sean de Borja el día de mañana. Heini me dijo: 'Cuando tú quieras deberían pertenecer a Borja'. Pero no dejó ningún documento firmado diciendo que los cuadros eran suyos. Achaco todo lo que ha pasado a la ignorancia del abogado; seguro que mi hijo no lo ha hecho con mala intención. Hasta ahora Borja jamás me había pedido nada». En una revista del corazón, previo pago, Borja dijo que su madre podría desheredarlo. ¿Piensa hacerlo? «Mientras esté mal aconsejado no debe contar con nada. Es cierto que el barón murió arruinado. Y que cada 5 años se le pasan a Borja 5 millones de dólares, además de 300.000 dólares al año. El 24 de julio cumplirá 30 años. De momento no va a tener nada; a lo mejor se queda sin su asignación».

La relación con su nuera

Cree que en el entorno de su nuera han abducido a su hijo: «Borja está en una secta». Pese a que el 'off the record' salta a cada instante en la conversación, no oculta la baronesa su nula simpatía hacia Blanca Cuesta. ¿Qué ha estudiado? «No lo sé». ¿Trabaja en algo? «Que yo sepa no. Creía que era buena chica, pero me ha tomado el pelo. Fue ella la que quiso que Borja se hiciese la prueba de paternidad a cambio de una casa de 6 millones de euros. Yo nunca pedí ninguna prueba. A Borja le he comprado dos casas y a ella una, además de pagarle la operación de pecho. Blanca quiere ser la baronesa Thyssen. Dicen que yo no quiero ver a mi nieto. Los bebés me chiflan. Lo que pasa es que no me permiten verlo. Sólo una vez, que lo tuve en brazos, y porque había fotógrafos».

Tampoco vio con buenos ojos la reciente entrevista televisiva del padre de Borja, Manolo Segura: «Me enteré por la prensa unas horas antes. No defendió a Borja como se merece y eso me dolió. No me lo esperaba. Acudió al programa para cobrar y se acabó». Aún falta al menos año y medio para que vean la luz las memorias de la baronesa. Dice que van a sorprender y aclararán cosas de los últimos 25 años de su vida: «Hay cosas históricas que no pueden quedar sin saberse de Heini y de la herencia. Podría parecer débil pero no lo era. No voy a desvelar nada que afecte al pacto de Basilea; ni se ha roto ni se va a romper, pero no se ha contado aún cómo se llegó a ese pacto».

Aunque el museo no ha ofrecido todavía datos de visitantes este año, la exposición de Eros va muy bien: más de 2.000 visitas al día. También, la venta de condones: se llegaron a vender 50 cajas al día. «Yo compré 12 para regalar», confiesa Carmen Thyssen.