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Calaf, Ayestarán y Astorga cerraron ayer unas jornadas sobre reporterismo en Málaga. :: PEPE ORTEGA
Calaf denuncia la mercantilización y la competitividad informativa de hoy
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Calaf denuncia la mercantilización y la competitividad informativa de hoy

La ex corresponsal de TVE y el periodista Mikel Ayestarán destacan la dependencia multimedia del periodista actual

M. MARTÍNEZ

Sábado, 5 de diciembre 2009, 13:05

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¿La cámara o la vida? Aparentemente, la respuesta está clara. Pero no todos los periodistas lo ven así. Hay quien prefiere llegar el primero a la noticia aunque para ello tenga que ocupar el lugar en el que debería ir la ayuda en el helicóptero de salvamento. O aunque le robe tiempo a una madre que busca a su hija tras un terremoto. «Estamos asistiendo al periodismo del todo vale, a un punto en el que ni siquiera se respeta a la víctima. La competitividad nos está haciendo saltar barreras que no deberíamos sobrepasar», denunciaba ayer Rosa María Calaf en el ciclo 'Reporteros. Cinco Conferencias: Maestros del género', organizado en el Centro Cultural Provincial por la Cátedra Manuel Alcántara de Periodismo y Literatura y la Diputación de Málaga.

La ex corresponsal de TVE y el enviado especial de 'Abc' Mikel Ayestarán cerraron las jornadas con un mensaje claro: la falta de tiempo y la presión de los medios se han apoderado del periodismo. «Este es un momento difícil para el reporterismo, las empresas reducen costos y la calidad se resiente», lamentó Calaf, «icono de la solvencia informativa en televisión», como la calificaba el presentador del acto, José Vicente Astorga, jefe de Edición de SUR.

Los 37 años que ha dedicado Calaf a TVE hablan por sí mismos. Pero ahora la periodista tiene una preocupación: «Se busca más el impacto que la excelencia informativa» en una época en la que se ha caído en la «mercantilización» y la «espectacularización». Un ejemplo, los reporteros que aparecen en cámara con casco o con velo. «Esto lo que aporta es desinformación y resta credibilidad al reporterismo de rigor». A su juicio, hoy la profundidad brilla por su ausencia. «Se tratan los temas de forma superficial», apuntó mientras asentía Ayestarán, que atribuía en cierta forma esta práctica a la dependencia multimedia a la que se ha visto sometido el periodista.

Para este 'freelance', como se autodefine, «las prisas hacen que muchas veces no podamos informar como debiéramos». Ganador del VII Premio de Periodismo Manuel Alcántara, Ayestarán cambió un buen día su trabajo en la redacción por el de enviado especial. Y no lo cambia. No en vano, desde los 18 años ha sido un «viajero empedernido». Ahora reparte el año entre Pakistán, Afganistán, Irán e Irak. «Aquí no hay calendario, pero sí disponibilidad absoluta», aseguró el periodista, para quien un enviado especial «vale lo que vale su agenda». «Te ves obligado a ser competitivo desde el primer minuto», apostilló.

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