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La imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo comienza su recorrido camino de la plaza del Obispo. / EDUARDO NIETO
Lunes Santo en otoño
SEMANA SANTA

Lunes Santo en otoño

El Cautivo demuestra su poder de convocatoria entre los malagueños y llena las calles en la procesión para conmemorar el 75.º aniversario de la fundación de la cofradía trinitaria en una jornada casi de Semana Santa

ÁNGEL ESCALERA

Domingo, 15 de noviembre 2009, 18:55

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El Cautivo no recibirá el nombramiento honorario de alcalde perpetuo de Málaga tras desaconsejarlo el obispo de la diócesis, Jesús Catalá, pero tampoco lo necesita. El pueblo está con el Señor de la túnica blanca. Ayer se volvió a comprobar su poder de convocatoria. Las calles se llenaron de personas que acudieron a ver la procesión extraordinaria celebrada para conmemorar el 75.º aniversario de la fundación de la cofradía trinitaria. Acudieron también numerosas personas de la provincia y de otras ciudades andaluzas. Fue un Lunes Santo en otoño. Con una temperatura primaveral.

A las cinco de la tarde se puso en marcha el cortejo. El primer viva al Cautivo lo dijo el párroco de San Pablo, Manuel Arteaga. El sacerdote dirigió unas palabras a los hombres del trono. Los toques iniciales de campana, en el interior de la casa hermandad, los dio el hermano mayor del Cautivo, Juan Partal. Tocó con tantas ganas que rompió el martillo de madera. El presidente de la Agrupación de Cofradías, Rafael Recio, fue invitado a tocar la campana para sacar el trono a la calle, hecho que se produjo a las cinco y veinte de la tarde. La plaza Jesús Cautivo estaba repleta de personas, así como la calle Trinidad. El público aplaudía y se emocionaba al ver al Cristo trinitario. Algunos balcones del barrio se adornaron con colgaduras. La cofradía repartió infinidad de estampitas con la imagen del Cautivo. «¡Qué ilusión! Esta la voy a llevar en mi bolso siempre», dijo una mujer mientras apretaba con fuerza la estampa que acaban de darle.

En la cabeza del cortejo, tras la cruz guía, fue la banda de cornetas y tambores del Cautivo, delante de dos filas de hermanos con velas.

El trono lo portaron, en el trayecto de ida a la plaza del Obispo, hombres que el Lunes Santo llevan sobre sus hombros a la Virgen de la Trinidad. De vuelta, lo hicieron los habituales portadores del Cristo. Todos lucieron traje oscuro. El dato anecdótico de la jornada fue que una parte del cortejo pasó por Puerta Nueva, Compañía y Fajardo para desembocar en la calle Cisneros, mientras que otra y el trono entraron directamente en Cisneros tras bajar por el pasillo de Santa Isabel.

Acto en la Catedral

Si en todas las calles por donde pasaba el Cristo había mucha gente, la plaza del Obispo puso el cartel de no hay billetes. Desde mucho antes de las ocho de la tarde, hora en que comenzó el acto litúrgico, ese espacio neurálgico de Málaga estaba completo. El culmen se produjo cuando llegó el Cautivo. Una fuerte ovación recibió a la imagen. El trono rodeó la plaza en el sentido de las agujas del reloj, es decir, de izquierda a derecha. La maniobra fue realizada con precisión. En ningún momento se bajó el trono, que se posó en el suelo cuando el Cautivo quedó situado frente a la fachada principal de la Catedral.

En el atrio del primer templo de la ciudad se situaron las autoridades. El acto litúrgico lo presidió monseñor Catalá. El hermano mayor del Cautivo pronunció unas palabras. «Ante ti, Jesús Cautivo, damos prueba de nuestras creencias más sinceras», dijo. El obispo, en su homilía, se refirió a que hacen falta actos como el de ayer en el contexto de una sociedad secularizada y descreída. Catalá finalizó su intervención con un ¡«viva el Cautivo»! Juan Partal entregó al obispo la medalla de plata de la cofradía. «Muchas gracias. Es una sorpresa para mí», afirmó el prelado.

En el recorrido de vuelta, los malagueños también se volcaron con la imagen. Al pasar la procesión junto a la casa hermandad de la Cena se le entregó al Cautivo el escudo de oro de la cofradía ferroviaria. Fue un día para el recuerdo.

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