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Nina entrena en Pilates Málaga Center durante su estancia en la ciudad con la gira de 'Mamma Mia!'. / ANTONIO SALAS
Nina: «La televisión te coloca de un día para otro en una realidad que no existe»
ACTRIZ Y CANTANTE

Nina: «La televisión te coloca de un día para otro en una realidad que no existe»

«Mucha popularidad es un rollo, para qué vamos a ser hipócritas», asegura la protagonista de 'Mamma Mia!'

REGINA SOTORRÍO

Jueves, 5 de noviembre 2009, 09:25

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Su familia y sus amigos la llaman Ana Mari. Así figura en su carné, pero para el resto de los mortales es simplemente Nina: la sonriente chica que conquistó al público en 'Un, dos, tres', la potente voz que representó a España en Eurovisión en 1989, la estricta pero cercana directora de 'Operación Triunfo' y ahora la protagonista de uno de los musicales de más éxito internacional, 'Mamma Mia!', espectáculo con el que pisa el teatro Cervantes.

Cuando acabe la gira de 'Mamma Mia!', ¿se cierra un ciclo?

Aún queda mucho para eso. Nuestro trabajo se caracteriza por la inestabilidad y nunca te planteas qué vas a hacer después. Tengo un centro de entrenamiento de voz y cuerpo, Contrología, que nace de la experiencia que he vivido con el pilates. Cuando se termine 'Mamma Mia!' me dedicaré a él por completo. Y si sale teatro o televisión, en función de lo que intuya que me va a enriquecer artísticamente, lo cogeré o no. Lo bueno está por venir.

¿Volvería a 'Operación Triunfo'?

En la vida hay que ir hacia adelante. No me imagino ahora volver a hacer 'Operación Triunfo', pero no le cierro la puerta a nada. Las cosas van saliendo en este oficio, te llaman, piensan en ti, o no... de repente se olvidan de ti mucho tiempo.

¿Ha esperado mucho a que sonara el teléfono?

Sí, en los inicios, son muy duros. Especialmente cuando sales en un programa de televisión, como me pasó a mí y como es el caso de los chicos de 'OT', que de la noche a la mañana son famosísimos, pero luego no tienes nada más, lo que tienes es una vida por delante y un futuro que tienes que labrarte día a día. Es muy duro, porque todo el mundo te conoce y habla de ti, pero no piensan en ti profesionalmente, sino como alguien mediático. Yo he estado tres años sin trabajar hace mucho tiempo... entre Eurovisión y hasta 1992, que fue mi debut con 'Cabaret' y ya no paré. Ahí ya tomé las riendas de mi carrera. Desde entonces he aprendido a decir que 'no' y que 'sí'. No es fácil cuando eres jovencita, pero ya con 43 tacos como no sepa decir que no... mal vamos.

Ese es el precio de la televisión...

La televisión, de la noche a la mañana, te coloca en una realidad que no existe, no es tu realidad. Yo cantaba desde los 16 años en orquestas. De repente fui al 'Un, dos, tres' e Ibáñez Serrador me contrató. Pasé de ser una chica que cantaba en una orquesta a ser Nina, conocida por 23 millones de personas. Profesionalmente estaba totalmente desajustado. No hay nadie que esté preparado para que le conozcan 23 millones de personas por la calle, ningún ser humano. Y eso hay que digerirlo.

Intimidad

¿Lo ha asumido ya?

Sí, son muchos años. Hay épocas que cuando haces tele es muy agobiante. Yo soy una persona muy normal, voy andando a todas partes... y esa parcela de intimidad y cotidianeidad me fastidia mucho no tenerla. En épocas de mucha popularidad es un rollo, para qué vamos a ser hipócritas. Pero tiene su parte buena, porque cuando la gente es respetuosa, es muy bonito que te feliciten por tu trabajo.

¿Le molesta que le pregunten por sus inicios en 'Un, dos, tres'?

No me importa, es lo que configura mi pasado y lo que soy ahora. Yo no reniego de nada, ni de lo malo, que en absoluto tiene que ver con 'Un, dos, tres'. Para mí la etapa más dura fue aquella en la que empecé a grabar discos y en la que no tenía para nada las cosas claras. Grabé dos que ni me gustaban y con los que no estaba nada a gusto. De esa experiencia aprendí muchísimo.

Estará orgullosa cuando ve a Bisbal triunfando en todo el mundo...

También era más fácil en la primera edición, fue un fenómeno social.

¿No cree que se ha estirado mucho el formato?

Igual que otros productos televisivos. Es que si funciona una cosa... por qué no lo vas a hacer. Y yo creo que sigue habiendo gente con talento, otra cosa es que el mundo de la música esté fastidiado.

En su caso, tiene abandonado el mercado discográfico.

Yo no tengo una carrera discográfica al uso, he grabado las cosas que he hecho en teatro. Además, para grabar un disco tienes que tener ganas y necesidad de contar algo, y yo no la tengo. Tengo necesidad de subirme al escenario de un teatro. Y de televisión, si me apuras, te diré que lo que más me interesa es ser actriz.

Se mueve en el mundo del espectáculo, pero le gustan poco las fiestas...

No es compatible con mi trabajo, y además no me gusta nada. Viene con el carácter. Lo que me gusta es trabajar y si salgo en los medios es para hablar de mi oficio, y no de mi vida privada. Hay artistas que son más sociables; por ejemplo, yo admiro mucho en ese sentido a Concha Velasco, con una gran capacidad para atender a la gente. Yo, lo reconozco, soy muy egoísta en ese sentido: cuando salgo de trabajar, cierro la boca y me voy corriendo a mi casa a descansar. No soy de esos artistas que están todo el día de cara a la gente, yo soy como el panadero o la zapatera: cuando cierro la persiana, la cierro, y no quiero que me vengan a tocar el timbre a ver si les vendo una barra de pan.

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