El PIB sufre una caída histórica del 4,2%

La economía española ¿se hunde o mejora? Depende de cómo se mire. El Producto Interior Bruto (PIB) sufrió en el segundo trimestre un derrumbe del 4,2% respecto del mismo período de 2008, el tercero consecutivo y el mayor desde que el INE elabora registros de la contabilidad nacional. En tasas intertrimestrales, no obstante, el bajón de abril a junio fue 'sólo' del 1,1%, cinco décimas menor que el 1,6% de enero-marzo. El Gobierno se aferra a esa «moderación» en la cuarta caída trimestral consecutiva para sostener que lo peor de la recesión ha pasado. En cambio sus detractores enarbolan el histórico desplome anual para denunciar que la actual política económica conduce al desastre.

Los datos anual y trimestral evidencian, en todo caso, que la economía sigue en caída. En ambas tasas la contracción supera en una décima la prevista por el INE en su avance del 14 de agosto; y en dos la estimada por el Banco de España a finales de julio. En el segundo trimestre, además, el empleo a tiempo completo decreció un 7,1%, equivalente a una disminución neta de 1,36 millones de puestos de trabajo. La recesión, por tanto, está en España lejos de superarse, mientras otros países de la UE como Alemania, Francia, Portugal y Grecia ya han vuelto a tasas intertrimestrales de crecimiento.

El Gobierno quiso ver de nuevo la botella medio llena. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, relativizó la importancia de la tremenda contracción anual del 4,2%, y la comparó con el 4,6% de caída media registrado en la eurozona. España, subrayó, «no se está comportando peor que los países de su entorno».

Sobre la caída intertrimestral del 1,1%, el número dos de Economía reconoció que «no es un dato positivo», aunque sugiere una «ralentización» en la caída. En ese sentido, aseguró que el Gobierno aprecia signos «nacionales e internacionales de que ya hemos pasado el punto álgido en el deterioro de la situación económica».

Tras el último desplome interanual del PIB se oculta el pésimo comportamiento de la demanda interna, en particular del consumo y la inversión. La demanda nacional en su conjunto restó 7,3 puntos al crecimiento, que no pudo compensar la aportación de la demanda externa, 3,1 puntos de PIB. El consumo decreció un 3%, arrastrado a la baja por el retroceso del 5,9% en el gasto de los hogares por el paro, que provocó un descenso medio del 2,6% en los ingresos de los asalariados. En buena medida, esa contención del consumo privado se vio compensado por el de las administraciones públicas, que aumentó un 5,1%.

Bienes de equipo

La inversión cayó un 17% en el último año. Dentro de esta categoría, destaca la caída del 28,9% del gasto de las empresas en bienes de equipo, fundamental para generar actividad. Los desembolsos en maquinaria bajaron un 31,7% y un 22% en material de transporte.

La inversión en construcción decreció un 12%. Sin embargo, la contracción trimestral del conjunto de la inversión en capital fue del 3,9%, más moderada que el desplome del 6,3% de enero-marzo. En el sector exterior, las exportaciones e importaciones continuaron en tasas negativas en términos interanuales. Las ventas al extranjero de bienes y servicios cayeron un 15%, pero el descenso en las importaciones fue mayor, del 22,3%. Respecto del primer trimestre, las exportaciones mostraron su primer dato positivo en cinco trimestres (0,6%) gracias a la reactivación económica en los países del entorno inmediato. La caída de las importaciones fue del 2,3%, en contraste con el bajón del 11,5% del primer trimestre.

El empleo a tiempo completo -ocho horas equivalen a un puesto de trabajo- se redujo un 7,1% en tasa interanual, y la cifra de ocupados se situó en 17.785.800. Por sectores, destaca el crecimiento del 1,1% de la ocupación en el sector energético. En el resto, se redujo un 2,7% en servicios; un 3,6% en agricultura; un 12,8% en industria y un 25,3% en la construcción.