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Gerónimo acabó en Oklahoma como agricultor.
Habla el último jefe apache
CULTURA

Habla el último jefe apache

Una editoral andaluza publica la primera traducción íntegra en español de las memorias de Gerónimo en el centenario de su muerte

TEXTO: A. VALENZUELA

Domingo, 23 de agosto 2009, 04:14

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LAS memorias que el último gran jefe de los apaches chiricahuas, Gerónimo (1829-1909), dictó a su intérprete, S.M. Barrett, y que se publicaron con el apoyo del presidente Roosevelt, han sido editadas en español en el centenario de su muerte por la editorial Mono Azul con el título 'Soy apache'.

Se trata de un título de resonancias épicas no muy lejanas, puesto que, según el director de la editorial sevillana, Javier Hernández Pizarroso, fueron las dos únicas palabras que pronunció la india apache a la que, en la ceremonia de los Oscar de 1973, en Hollywood, Marlon Brando le encargó que recogiera su premio.

Como destaca el editor, el idioma que Gerónimo utilizó siempre para entenderse con el hombre blanco fue el español -de hecho S.M. Barrett le hizo de intérprete en ese idioma, que vertía al inglés- y sus grandes enemigos no fueron los casacas azules del norte, sino las tropas mexicanas.

Masacre de familias

Estas fueron las que, en una incursión comercial al sur de los chiricahuas, masacraron a las mujeres y a los niños apaches, en una acción en la que, sin justificación militar ni defensiva alguna, perecieron la madre, la esposa y los tres hijos pequeños de Gerónimo.

Esa pérdida fue la que llevó al joven Gerónimo -se hizo guerrero y se casó con apenas 16 años- a ponerse al frente de tres tribus apaches que atacaron el norte de México y diezmaron la sección de caballería que había cometido la cobarde acción contra mujeres y niños indios.

Hernández Pizarroso, que asegura que se trata de la primera traducción íntegra en España de las memorias del jefe indio -tras una parcial que se publicó en los años setenta-, señala que fueron estos aspectos desconocidos los que le animaron a publicar 'Soy apache'.

Gerónimo, que debe su nombre a una victoria sobre el ejército mexicano que se produjo el día de San Gerónimo, asumió el mando de la nación apache deportada a la reserva de Fort Sill, en Arizona y, en 1880, fue el responsable del hostigamiento a las fuerzas del general George F. Crook, parar tratar de mantener su territorio.

Detenido en 1884, se fugó y resistió varios años hasta que, agotado y sin recursos, se entregó voluntariamente al general Miles, quien, según estas memorias, le dijo: «El presidente de los Estados Unidos me ha enviado para hablar contigo. Ha oído hablar de tus problemas con los blancos, y dice que si aceptas suscribir un tratado, ya no habrás más problemas».

La única condición de Gerónimo era volver a Arizona, pero el pacto de Miles no se cumplió, el jefe indio volvió a ser considerado un criminal, pasó varios años en trabajos forzados y, finalmente, en 1894 se instaló en Oklahoma como agricultor. Allí posó para los fotógrafos a cambio de dinero, se convirtió en una especie de atracción de feria y, en los últimos años de su vida, dictó estas memorias.

El origen, un viaje

El origen de esta versión de 'Soy apache' se encuentra en un viaje de su traductor, Javier Lucini, a las reservas indias de Estados Unidos, en una de las cuales adquirió un ejemplar del libro, lo que, unido a que San Gerónimo es el patrón de los traductores, le animó a ponerse manos a la obra.

Lucini anuncia que en otoño publicará, también en Mono Azul, 'Apacherías', un diario de ese viaje mezclado con la historia de los apaches, un pueblo que, dice, «tuvo en jaque al ejército norteamericano y fue el símbolo de la resistencia y hoy pervive en condiciones penosas, con altos índices de alcoholismo y desempleo».

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