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El catedrático Henry Louis Gates y el policía James Crowley, conversan con el presidente y el vicepresidente de EEUU en los jardines de la Casa Blanca. / Reuters
Obama celebra la 'cumbre cervecera' con los protagonistas del sonado altercado racial
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Obama celebra la 'cumbre cervecera' con los protagonistas del sonado altercado racial

La reunión informal con el catedrático Henry Louis Gates y el policía James Crowley se ha celebrado en los jardines de la Casa Blanca

EFE |

Viernes, 31 de julio 2009, 15:14

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El presidente de EEUU, Barack Obama, ha sido el anfitrión del encuentro más esperado de su mandato en los jardines de la Casa Blanca: la llamada con el catedrático negro Henry Louis Gates y el policía James Crowley, protagonistas de un polémico altercado racial.

El encuentro había suscitado un enorme interés en los medios de comunicación, que se preguntaban en grandes titulares si "la cumbre cervecera conseguirá saciar la sed de diplomacia", después de que Gates y Crowley se enfrentaran cuando el policía detuvo a Gates en su domicilio tras un aviso de posible robo. Incluso dos de las principales cadenas de televisión, CNN y MSNBC, mostraban en sus imágenes un reloj que marcaba la cuenta atrás para el comienzo de la reunión.

En los últimos dos días el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, se había visto acribillado a preguntas en sus ruedas de prensa diarias acerca de qué marcas de cerveza exactamente tomarían los convidados, o en qué lugar preciso de los jardines iban a sentarse. La respuesta: Obama una , el sargento Crowley una , el catedrático Gates una y Biden una sin alcohol.

El propio Obama se ha declarado antes del encuentro, "fascinado por la fascinación" despertada. "No es una cumbre, somos tres personas que vamos a compartir una cerveza al final del día y -ojalá- tendremos la oportunidad de escucharnos los unos a los otros", ha indicado el presidente estadounidense tras una reunión con su colega filipina, Gloria Macapagal Arroyo. Finalmente, tras toda la expectación despertada, los periodistas debieron resignarse a presenciar el comienzo del encuentro a más de cincuenta metros de distancia, sin poder hacer preguntas a los participantes.

En mangas de camisa y en el jardín

En torno a una mesa blanca se sentaban Obama y el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, en mangas de camisa. En una posición manifiestamente menos relajada se encontraban Crowley y Gates, ambos de chaqueta y corbata. Los cuatro consumían cerveza en jarras de una pinta, mientras picaban cacahuetes y pretzels -unas galletas saladas en forma de lazos- de unas bandejas de plata en medio de la mesa. El sargento de Policía, más próximo a Obama, parecía dominar la conversación, mientras que Gates, reclinado sobre el respaldo de su asiento, le escuchaba atentamente junto a Biden. Tanto Gates como Crowley habían acudido junto a sus familias a la Casa Blanca y pudieron recorrer la residencia presidencial antes de sentarse a charlar.

En un comunicado tras el encuentro, Obama ha revelado que los dos implicados ya habían conversado entre ellos, "lo que les honra". "Siempre he creído que lo que nos une es más fuerte que lo que nos separa", ha sostenido el presidente, que ha considerado que "eso es lo que ha ocurrido esta noche y creo que todos nosotros podremos sacar una lección positiva de este episodio". La Casa Blanca había descrito previamente la reunión como "una oportunidad de sacar una lección" si bien reconoció que con este encuentro no se solucionarán las tensiones raciales que existen en Estados unidos.

La detención de Gates

Esta cita informal se produce después de que Gates quedara detenido por alteración del orden público el pasado día 16 cuando Crowley, que había recibido un aviso de posible robo en el domicilio del catedrático de la Universidad de Harvard, acudió a investigar qué ocurría. Gates, una de las principales autoridades en estudios afro-americanos en EEUU, acababa de llegar de viaje y había tenido problemas para abrir la puerta de su vivienda en la localidad de Cambridge, en Massachusetts. El catedrático asegura que Crowley le trató con desdén y que se negó a darle su número de credencial de policía. Por su parte, el sargento de Policía denuncia que el catedrático le gritó y le acusó de detenerle por ser "un negro en Estados Unidos".

El presidente se vio involucrado cuando, en una rueda de prensa la semana pasada, opinó que la Policía de Cambridge había actuado de manera "estúpida". Ante la oleada de protestas que generó esa declaración, Obama se vio obligado a aclarar sus palabras y declarar que lo que quiso decir es que ambas partes debían haber mantenido la "cabeza fría" en el incidente.

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