Los jóvenes que vienen a la Costa a aprender español descienden un 15% por la crisis

El diccionario de español les delata. Miles de jóvenes procedentes de otros países eligen cada año Málaga para aprender o perfeccionar el idioma de Cervantes al tiempo que disfrutan de los atractivos de la Costa del Sol. Es el llamado turismo idiomático, sector que mueve varias decenas de millones de euros al año en la provincia, pero que no ha podido evitar el azote de la crisis económica mundial. Así, el número de extranjeros que recibirá Málaga este año se verá reducido alrededor de un 15% este año en comparación con el anterior, según estimaciones de la Asociación de Centros de Español de Málaga (ACEM), que agrupa a una docena de academias.

Así, las previsiones del sector apuntan a que unas 25.000 personas habrán venido a la provincia a estudiar español cuando termine 2009, frente a las 29.000 del año pasado, que ya sufrió una bajada del 8% respecto a 2007, según apunta Francisco Linares, presidente de ACEM: «Personalmente creo que la recuperación no se notará hasta 2011, cuando la gente adquiera más confianza, haya podido ahorrar y piense otra vez en salir fuera a estudiar idiomas».

Estrategias

Y es que uno de los países más castigados por el debilitamiento de la economía es Alemania, principal emisor de este tipo de turistas que vienen a aprender español pero que hoy el bolsillo les obliga a pensárselo mucho antes de matricularse en alguna escuela de español. Le siguen los franceses, holandeses y belgas. Los estadounidenses y los ciudadanos de países de Europa del Este son cada vez más habituales en la Costa del Sol, ya que el sector está buscando otros mercados extranjeros, a los que se intenta llegar «a través de ferias y estrategias de 'marketing'».

A pesar del descenso del número de visitantes, Málaga sigue ocupando uno de los primeros puestos en el 'ranking' de este tipo de turismo, que genera más de cien millones de euros anuales, según explica el presidente de ACEM, que destaca el potencial de la provincia en lo que a oferta cultural y de ocio, infraestructuras, playas y clima se refiere.

El perfil del foráneo que viene a estudiar español responde a un joven universitario de 20 a 25 años, con un nivel adquisitivo medio-alto que está en la provincia dos o tres semanas, vive con otros estudiantes o con una familia malagueña y gasta más que un turista convencional. En invierno, son mayoritariamente treinteañeros que también vienen a trabajar.

Aunque el verano absorbe la mayor parte de la demanda, cada vez son más los colegios de países extranjeros que organizan viajes de estudios en temporada baja para que sus alumnos recuerden sus conocimientos de español, según señala Linares.