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EN APUROS. Más de 2.500 parejas han tenido que volver a casa de sus padres al no poder correr con los gastos del hogar. / SUR
Hipotecados, pero en casa de papá
MÁLAGA

Hipotecados, pero en casa de papá

Casi el 20% de los malagueños de 18 a 34 años con un piso en propiedad vive con sus padres mientras paga el crédito porque no puede afrontar los gastos domésticos

M. ÁNGELES GONZÁLEZ

Sábado, 4 de abril 2009, 12:48

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Son jóvenes, tienen un piso en propiedad y muchas ganas de iniciar una vida independiente fuera del nido materno, pero su cuenta bancaria no se lo permite. Uno de cada cinco malagueños de 18 a 34 años con una hipoteca a sus espaldas vive en casa de sus padres porque tras el pago de la cuota del préstamo no puede hacer frente a los gastos de mantenimiento de la casa o no tiene dinero para amueblarla.

En la mayoría de los casos se trata de jóvenes solteros sin cargas familiares, pero también hay situaciones dramáticas de parejas, algunas de ellas con hijos, que han tenido que regresar al hogar paterno porque las deudas les ahogan. Estas unidades familiares superan las 2.500 en la provincia y, de ellas, 1.168 tienen riesgo inminente de perder su vivienda en los próximos meses.

En total, son más de 15.000 las personas que no pueden emanciparse a pesar de tener una vivienda a su nombre, lo que supone alrededor del 20% del total de jóvenes hipotecados, según se desprende de una encuesta elaborada por el Centro de Estudios Económicos Tomillo para la Diputación de Málaga, que pone de relieve que 7.553 hogares jóvenes hipotecados -el 10% del total- están convencidos de que no podrán hacer frente al pago del préstamo en los próximos meses, por lo que podrían tener que devolver su vivienda al banco, según explicó ayer Berta Moreno, autora del estudio.

De estos núcleos familiares, 1.791 están formados por una sola persona y más de 5.500 lo componen dos o más integrantes. Otros 26.487 hogares jóvenes ven «algo probable» no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca.

El 94% de estas personas adquirieron sus viviendas entre 2002 y 2008, años en los que el 'boom' del ladrillo hizo subir los precios inmobiliarios de una forma desorbitada. Esto, unido a la escalada del euríbor, ha hecho que muchos propietarios no puedan afrontar el abono de las cuotas. Aunque en los últimos meses este indicador hipotecario ha descendido hasta niveles desconocidos, son pocos los que pueden beneficiarse del recorte, ya que nueve de cada diez hipotecas tienen cláusulas que establecen un tipo de interés mínimo a aplicar que va del 3% al 5%, según señalan diversos expertos.

El importe medio de los préstamos firmados por los encuestados ha pasado de 110.000 euros entre 2002 y 2006 a 124.000 en los dos últimos años. Esto hace que la cuota media mensual ronde los 650 euros, aunque en muchos casos supera los 1.000, cantidad inasumible para un gran número de jóvenes, sobre todo en tiempos de crisis económica en que el desempleo se ceba con ellos -de los 154.947 parados que hay actualmente en la provincia, 18.072 son menores de 25 años, según datos del Ministerio de Trabajo-.

Paro y avales

De esta forma, del estudio presentado ayer se desprende que 12.492 hogares hipotecados tienen un nivel de endeudamiento superior al 50%, es decir destinan más de la mitad de su renta neta mensual al pago del préstamo, lo que, según Moreno, les coloca «en situación de vulnerabilidad hipotecaria». De estos, más de cuatro mil tienen hijos.

Este riesgo aumenta considerablemente en el caso de los jóvenes que no perciben ningún ingreso, cuyo número asciende a 450, y en aquellos hogares en los que todos sus miembros están en paro, que alcanzan los 3.486. De ellos, 1.586 son unipersonales, el resto corresponde a parejas jóvenes, algunas de ellas con hijos.

Ante este panorama, a muchos nos les queda más remedio que tirar de sus padres, quienes, en un 54% de los casos, ya se convirtieron en sus avalistas en la firma del préstamo. «Cuando un joven deja de pagar su hipoteca, no es el único que pierde, quien firmó como garante de pago deberá rendir cuentas con el banco, y en esta situación se encuentran muchas personas de la provincia, algunas de ellas ya mayores, que tienen que responder por sus hijos», explicó la representante del Centro de Estudios Económicos Tomillo, que destacó que el porcentaje de progenitores que avalan a sus hijos ha ido aumentando con el paso de los años.

Así, si de las hipotecas otorgadas entre 2000 y 2001 el 44,5% contaron con el respaldo de los padres, entre 2007 y 2008 ascendió al 65%. El colectivo al que más le piden avales es el de jóvenes que residen en el domicilio paterno.

Esta «alarmante» situación, ha llevado a la Diputación de Málaga a poner en marcha una iniciativa por la que exige al Gobierno central un plan de rescate de las hipotecas que muchos jóvenes no pueden pagar. «Hay que evitar que estas personas pierdan sus viviendas», afirmó Encarnación Páez, diputada de Juventud del ente supramunicipal, que criticó que las ayudas que el Ejecutivo ha destinado a los bancos «no han llegado a los desempleados, autónomos y pymes». Por este motivo, Páez convocó ayer a todos los hipotecados de la provincia, así como a autónomos y empresarios que estén pasando por dificultades, a que asistan el próximo 18 de abril a un encuentro en la Diputación en el que se invitará a firmar un documento por el que pedirán al Gobierno que libere dinero para ayudar al pago de los créditos.

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