Un enorme agujero contable pone al Consejo de la Juventud al borde de la desaparición

La contabilidad del Consejo de la Juventud de Ceuta (CJCE) es un caos, La noticia saltó en la noche del jueves y el agujero contable, cuantificado de forma oficiosa en más de 56.000 euros, no deja de sorprender a propios y extraños. Un inesperado escándalo que ha dado al traste con la Asamblea de CJCE que debía celebrarse hoy. El organismo queda ahora en manos de una gestora (en la que tres de sus integrantes pertenecen a la ejecutiva cesada). El mayor temor de las asociaciones juveniles y de la Ciudad es el futuro del Consejo de la Juventud de Ceuta, un organismo autónomo con personalidad jurídica propia con una deuda que lo pone al borde la quiebra.

Más de la mitad de esa deuda estaría contraída con la Seguridad Social y con Hacienda, originadas ambas por los impagos de la parte correspondiente de las nóminas de los tres trabajadores con los que cuenta el Consejo de la Juventud de Ceuta. Una deuda que se acumula desde febrero de 2008. La Ciudad aporta 135.000 euros al CJCE, de los 55.000 son para gastos de funcionamiento y el resto para el teléfono de consultoría sexual. Según explicó ayer la viceconsejera de Juventud, Kissy Chandiramani, las subvenciones correspondientes a 2008 no están aún justificadas, pese a pasar ya tres meses del plazo, por lo que el CJCE aún no había recibido el total de la subvención anual ya que un 25 por ciento restante se reserva hasta la plena justificación de la subvención.

«No hay contabilidad ninguna», admiten fuentes de Juventud que se ponen en lo peor y temen que las facturas presentadas para avalar las subvenciones puedan ser falsas. La otra posibilidad es que la Ciudad no revisará convenientemente las cuentas del CJCE. Chandiramani confía en los integrantes del Consejo de la Juventud y apuesta «por dejarles trabajar tranquilos para que elaboren un informe para conocer cual es la situación real de las cuentas del Consejo».

La Ciudad estudia ahora «posibles soluciones» con un objetivo primordial: «que el CJCE desaparezca, con la deuda que tiene contraída si la Administración no ayuda puede desaparecer al no ser capaz de afrontar esa deuda».

Por su parte, el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, garantizó «prudencia y responsabilidad». «Lo primero es cuantificar la deuda, no quiero prejuzgar, debemos ser prudentes», dijo en respuesta a su valoración sobre la gestión de la dimitida Mariam Mohamed, presidente del CJCE y sobre cuya persona recaen todas las miradas. Sobre el futuro del CJCE no quiso aventurarse, pero Vivas garantizó que «como ha hecho hasta ahora la Ciudad apoyará al CJCE por lo que es, un instrumento para la juventud de Ceuta».