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Más de cinco mil personas se acercaron a la fiesta celebrada ayer en Lagarillo Blanco, en el monte de San Antón./ ANTONIO SALAS
Una romería laica
MÁLAGA

Una romería laica

Vecinos de El Palo convierten la peregrinación al monte de San Antón en un acto de convivencia sin santo de por medio

ANTONIO ROCHE

Lunes, 19 de enero 2009, 03:01

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La romería al monte de San Antón no tiene santo pero sí seña. Es una de las poquísimas romerías que carece de un icono religioso como motivo aglutinador de una muchedumbre que abandona por unas horas la urbe para adentrarse en el campo. «La romería tiene dos claros objetivos: fomentar la convivencia entre los vecinos y reivindicar un elemento medioambiental», explicó el presidente de la Asociación de Vecinos de El Palo, Santiago González Mañas, entidad que organiza la subida al monte de San Antón desde hace 30 años en colaboración con las peñas y otros colectivos del barrio.

Durante toda la jornada de ayer, unas 5.000 personas estuvieron en algunos momentos en las tres zonas de acampada, desde donde se divisa el plácido Mediterráneo y una parte importante de la ciudad. El sol acompañó y ese contacto con la naturaleza resultó una gratificante experiencia. «Este año es la primera vez que vengo y observo que hay un ambiente muy bueno. Me alegro de haber venido», comentó Lorenzo Molina, que preside la Asociación de Mayores de El Palo. En torno a su mesa se agrupaban amigos, que ofrecían generosamente filetitos empanados.

Comida gratis

«Aquí, el que sube, tiene sitio para comer y beber gratis», señaló Paco Arijo, el célebre puntillero de La Malagueta, hombre muy vinculado a El Palo, aunque actualmente no resida en el barrio. Es socio de la Asociación Litoral Málaga Este de Pescadores, una de las entidades colaboradoras del evento. Su presidente, Agustín Montañés, se encargaba de la elaboración de una suculenta fideuá. Estos pescadores ofrecían al visitante un caldillo de pintarroja a la manera de la gente del mar, así como pulpo asado.

Solidaridad, amistad y generosidad son virtudes que se ponen de manifiesto en esta convivencia anual. Los paleños suben provistos de sillas, mesas, hornillas, paelleras, ollas, barbacoas y otros utensilios propios para pasar un día de campo. «Yo llevo ya tres años viniendo a la romería y no me la pierdo», afirmó Encarni Jiménez.

Este año, los romeros de San Antón se han quedado sin verdiales. La crisis ha impedido que el Ayuntamiento renueve el convenio de colaboración que tenía con la Federación de Pandas para algunas actuaciones puntuales, entre ellas la de esta romería, según informó Santiago González Mañas.

Por el contrario, fue una novedad la celebración del I Concurso de Petanca, promovido por la Asociación de Vecinos de El Palo, para que los mayores puedan tener una actividad propia en el marco de esta romería.

Cartelones distribuidos por distintos puntos de la acampada recordaban una vieja aspiración de los vecinos: 'Sr. alcalde. Acondicionamiento de este parque ¡ya! Lagarillo Blanco'. «Sigue siendo una promesa incumplida», denunció el dirigente vecinal. «Parece que hasta que no se resuelvan algunas cuestiones jurídicas con los antiguos propietarios de los terrenos el Ayuntamiento no quiere intervenir», explicó Santiago González, pero teme que este sea un buen pretexto para alargar un proyecto que se viene reivindicando desde hace quince años. Además, propone que el Consistorio acondicione ese lugar, no sólo ya por esta romería anual, sino «porque los paleños suben aquí los fines de semana para echar un día de campo».

Por cierto, esperaban la visita del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que al mediodía asistía a un acto de Nuevas Generaciones. Sí estuvo el portavoz municipal de IU, Pedro Moreno Brenes, desprovisto de su habitual chaqueta y corbata, acompañado de varios militantes. Al concejal izquierdista le gustó que un grupo de amigos de la Peña Malaguista confraternizaran con socios de la Peña Madridista con una bandera de Palestina de por medio. «Ha sido un detalle muy bonito», decía. A partir de las cuatro y media de la tarde empezaron a levantar la acampada antes de que anocheciera.

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