Los pretendientes de la caja única

El anhelo largamente soñado de que Andalucía cuente con una caja única regional al estilo de Caja Madrid o La Caixa en Cataluña es, a día de hoy, un proyecto en pañales. Aún así, a esta futurible entidad ya la están cortejando varios pretendientes para que cuando sea una realidad tenga su sede -lo que significa ser el centro financiero andaluz- o bien en Sevilla, en Málaga o Granada. Un asunto que deberá superar algunos escollos que ya han aflorado como las distintas sensibilidades locales en cada uno de los territorios y las posturas distintas de los partidos con voces antagónicas en una y otra provincia.

Tras diez años de tibios preámbulos y de operaciones intermedias el pasado otoño y asumiendo su compromiso electoral, el presidente de la Junta de Andalucía y secretario general del PSOE-A, Manuel Chaves, reactivó este proyecto animando a superar los localismos y, recientemente, aseguró que las entidades Unicaja -con sede en Málaga- y Cajasol -en Sevilla- podían avanzar en el proceso de fusión y que si en esta legislatura no se puede llegar a la unión de todas las cajas de Andalucía, al menos que ambas firmasen un protocolo en ese sentido. El asunto ha vuelto a la palestra esta semana con la petición formal que han hecho los socialistas malagueños a favor de la fusión y de que la sede debe encontrarse en la capital de la Costa del Sol.

LA VERTIENTE ECONÓMICA

Los actores

Entre el silencio y las posturas claras

El objetivo de la Administración regional es que al final de todo el proceso Unicaja, Cajasol, Caja de Granada y Caja de Jaén se fusionen en una sola entidad. En este camino, Cajasur -en manos de la iglesia católica- quedaría al margen. El primer paso, según lo avanzado por Chaves, pasa por la unión entre Unicaja (fruto de la fusión, a principios de los 90 de la Caja de Ahorros de Ronda, la de Cádiz, la de Almería, la de Antequera y la de Málaga) y Cajasol (surgida de la asociación entre El Monte y San Fernando). Un proceso que podría iniciarse cuando esta última entidad concluya, el próximo abril, su proceso de consolidación con la elección de los nuevos órganos de dirección.

Desde la actual presidencia de Cajasol, Antonio Pulido no ha habido pronunciamientos sobre una futura fusión con Unicaja. Sí habló esta semana el máximo responsable de esta última entidad, Braulio Medel, para posicionarse a favor de la unión para mejorar el sistema financiero andaluz dándole «el sentido económico positivo que tiene, gozando del respaldo social que debe tener y ejecutando las cosas bien». El presidente de la primera caja andaluza en dimensiones y volumen de negocio destacó que el momento para iniciar el trayecto y la futura sede son asuntos «secundarios» y que lo importante debe ser la solidez del proyecto.

El presidente de Caja Granada, Antonio María Claret, se desmarcó desde un principio de la propuesta de fusión promovida por su propio partido y dejó claro en octubre que su entidad no se plantea participar en ningún proceso que lleve a una gran caja de cajas. Argumentos que reiteró en una conferencia en el Club Antares de Sevilla el pasado 15 de enero. «Mientras que alguien cree que la caja única sería la panacea a los problemas de Andalucía, desde Caja Granada se apuesta por que se puede construir Andalucía desde muchos sitios. No hay que concentrar lo recursos en el mismo sitio para construir Andalucía», subrayó Claret, quien sostuvo que la concepción de la Comunidad debe ser pluricéntrica en la política y la economía y calificó de «polémica ficticia y falsa» los debates abiertos sobre los localismos en tono a la futura gran caja.

LA VERTIENTE POLÍTICA

La necesidad del consenso

Voces distintas en el seno de las formaciones

Al margen de las consideraciones técnicas que determinen la viabilidad o no del proceso de fusión y la dimensión del mismo, es necesario que en una operación de esta envergadura haya un gran consenso político que, a día de hoy, no se vislumbra. El PSOE andaluz ha enarbolado la bandera del proyecto y ha manifestado su vocación inequívoca de que esta iniciativa llegue a buen puerto, mientras que en la otra orilla, el PP ha mostrado su «rotundo» rechazo a esta operación y su líder regional, Javier Arenas, llegó a apuntar el pasado martes que su formación no apoyará ninguna fusión que sirva para «cubrir la jubilación de nadie» (en alusión a que hipotéticamente Chaves pudiese presidir la entidad) o que tenga intereses particulares detrás.

Junto a ello late uno de los asuntos más embarazosos y que más ríos de tinta ha hecho y hará correr como es el de la ubicación de la futura sede de esa entidad. Un hecho que ha provocado que en el seno de los principales partidos políticos haya voces contrapuestas. Así, PSOE, PP, IU y PA respaldaron una moción de los andalucistas en la Diputación Provincial de Sevilla reclamando la instalación de la sede en la capital hispalense. Se ha apuntado, incluso, la posibilidad de que se instalase en la gran torre de 178 metros -superará en altura a la Giralda- que Cajasol pretende construir en la Cartuja. Por su parte, los socialistas malagueños llevarán a los cien municipios de la provincia y la Diputación Provincial una moción en la que abogan por la fusión y reclaman que la sede esté en Málaga, un asunto en el que ya cuenta con el respaldo de IU. El PP en la capital presentará también una moción en ese sentido.

Estas dos posturas tan divergentes de socialistas sevillanos y malagueños ha llevado a que desde la dirección regional se les «recomiende» que no centren el debate sobre la sede de la caja sino en la necesidad de la fusión y que el la ubicación se debatirá a posteriori, según fuentes consultadas por SUR.

Este escenario se ha enmarañado con el anuncio del alcalde de Antequera, el socialista Ricardo Millán, ofreciendo su municipio para que acoja la gran sede en unos terrenos que Unicaja adquirió en la Ciudad del Torcal, a lo que se une su situación geográfica. Asimismo, el regidor de la capital, el popular Francisco de la Torre, arremetió contra el gobierno socialista en la Junta de Andalucía por «no haber hecho pedagogía» durante estos años para que en la conciencia social de la región no existiesen dudas sobre el hecho de que la capital económica y financiera de Andalucía debe estar en Málaga al igual que no se duda de que la capital administrativa está en Sevilla y la judicial en Granada. «Desde quien ha tenido el liderazgo político Se ha jugado siempre a la ambigüedad, a mensajes extraños», dijo.

Sea como fuere, lo que está claro es que para que el sueño de la gran caja sea una realidad va a hacer falta muchas dosis de sentido común y mucha diplomacia para allanar un camino que, en principio, no parece que vaya a ser de rosas, sino más bien con espinas.