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Helena Gómez Zehntner
Viernes, 26 de diciembre 2008, 02:17
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He empezado más de una carta para expresar mi confusión acerca de las medidas tomadas por tráfico en lo que a la seguridad de los conductores se refiere. Medidas, que en su mayoría, tienen como consecuencia el enriquecimiento a través de las multas captadas por carísimos radares, que no dejan de multiplicarse. Pero creo que esta es la carta definitiva.
Hace un par de días llegué al absurdo absoluto, si es que eso llega a existir; leí que la DGT se dispone a señalizar los puntos negros de las carreteras... ¡señalizar los puntos negros! ¿Es que acaso soy yo la única persona que se da cuenta del cinismo y de la poca humanidad de esta medida?
Ahora señalizan dónde nos vamos a dejar la vida, porque el que avisa no es traidor. No se disponen a arreglar aquellos puntos negros, no se disponen a quitar la pintura deslizante de las carreteras, ni a arreglar los guardarraíles que sesgan la vida de miles de conductores, no van a arreglar nuestras carreteras (pagadas con nuestros impuestos) sino que nos van a decir dónde podrán llevarnos flores nuestros familiares. Bonito deseo navideño...
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