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PUERTO BANÚS. La mayoría de los expedientes abiertos por Industria y Comercio por exceso de ruido corresponden a esta zona de Marbella. / JOSELE-LANZA
Bares de copas y discotecas deberán instalar sonómetros para controlar el ruido
MARBELLA

Bares de copas y discotecas deberán instalar sonómetros para controlar el ruido

El Ayuntamiento exigirá estos aparatos con la licencia de apertura para supervisar on-line el negocio. La actualización del mapa permitirá incluso otras funciones como el cambio de dirección de vías

JOSÉ ANTONIO GARCÍA

Martes, 9 de diciembre 2008, 02:56

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El Ayuntamiento parece dispuesto a declararle la guerra al ruido. En este sentido, 2009 se perfila como un año clave. Las concejalías de Industria y Medio Ambiente tienen previsto poner en marcha en los próximos meses la actualización del mapa de ruidos a la que obliga la ley entre 2009 y 2010. Simultáneamente, el Ayuntamiento comenzará a asumir el control on-line de los bares y las discotecas con el objetivo de facilitar el descanso de los vecinos, que no paran de quejarse. No sólo por el alto volumen de la música, sino también por las obras, como quedó demostrado en las últimas fechas con la paralización de algunos trabajos en el centro destinados a crear este tipo de negocios.

Así, a partir del segundo semestre del próximo año más o menos, según las fuentes consultadas, a la hora de solicitar por ejemplo la licencia de apertura de discotecas y bares de copas, los empresarios se verán obligados a instalar un sonómetro para dejar constancia del nivel de ruido del local, que ya antes ha sido objeto también de un estudio acústico previo incluso durante la fase de obras si las hubiera. «La verdad es que estamos muy interesados en ocuparnos de este asunto y de alguna manera tomar el ejemplo de la ciudad de Málaga, que lo tiene muy desarrollado, aunque lógicamente se trata de un gran ciudad», asume la concejala de Comercio e Industria, Alicia Jiménez. El objetivo del Ayuntamiento pasa por instalar sonómetros que permiten detectar el nivel del ruido en un determinado lugar y en un momento dado a través de un sistema on-line en tiempo real, todo a través de los ordenadores.

«Estamos estudiando la posibilidad de acometer al mismo tiempo la actualización de ese mapa de ruidos al que estamos obligados y la instalación de estos aparatos para controlar los niveles on-line», reitera Jiménez. Asume la delegada que las ventajas del sistema son muchas y que es «lo ideal para el bienestar general de los vecinos». Así, a través de ese mapa de ruidos, explica, sería posible incluso cambiar las direcciones de algunas vías en época de más tráfico. Sostiene además la concejala que la propia Policía o los técnicos municipales, sin necesidad de desplazarse al lugar, podrán tener constancia de la molestia o no provocada por el local en cuestión a partir por ejemplo de la denuncia de algún vecino.

Sistema

El sonómetro, que trabaja con la unidad del decibelio, mide en concreto los niveles de presión sonora (de los que depende la amplitud y, por tanto, la intensidad acústica y su percepción, sonoridad). «Sería un avance muy significativo porque ofrece muchas ventajas, tanto para los propios vecinos como para el Ayuntamiento, aunque también debo reconocer que el proceso de instalación lleva su tiempo porque antes habrá que tener en cuenta otros aspectos como la licitación del proyecto», admite Jiménez, cuyo departamento dobló en un año el número de expedientes abiertos por el exceso de ruido.

Así, en 2006, Industria incoó 45 expedientes por 112 en 2007. En lo que va de año se abrieron alrededor de un centenar. Estos documentos vienen a demostrar, según las fuentes consultadas, que las zonas de mayor contaminación acústica de la ciudad son las vías más concurridas de Puerto Banús, por lo que la mayoría de los expedientes se concentran en esta zona. Pero también estos niveles se demuestran en el centro de la ciudad; no sólo por la proliferación de este tipo de comercios o por el tráfico, sino también por la remodelación de locales que genera malestar entre los vecinos de los edificios colindantes. Ellos son principalmente quienes impulsan las denuncias que provocan los expedientes.

La sensación de ruido en Marbella en cualquier caso es menor, como lo constatan los propios vecinos. La agradable culpa la tiene la crisis de la construcción y el descenso pues del número de licencias de obras. A la ralentización que sufre este sector a escala nacional se añade la todavía indefinición urbanística que vive la ciudad a la espera de la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). La ecuación es fácil: menos licencias, menos trabajos, menos ruido y, en consecuencia, mayor grado de bienestar.

El nivel del ruido que soporta una ciudad no es cualquier cosa. El último estudio que ha elaborado la OMS relaciona el ruido, incluso, con el retraso económico y social de una sociedad. El estrés, los problemas del sueño, la pérdida de atención, la dificultad de comunicación y el desgaste del oído son factores que, relacionados, provocan fracaso escolar, conductas agresivas o problemas de convivencia. Y en el último estadio de esta pirámide se sitúan variables influyentes en la vida diaria como un incremento de los costes sanitarios y el descenso del valor de los inmuebles.

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