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ESTUDIANTES. Propugnaron que la educación sea un derecho universal, no un negocio que se pueda privatizar. / YOLANDA MONTIEL
Los universitarios se echan a la calle contra la reforma europea que rediseñará las carreras
MÁLAGA

Los universitarios se echan a la calle contra la reforma europea que rediseñará las carreras

Se muestran disconformes con la adaptación de las licenciaturas a grados y másters y con la entrada del capital privado en la Universidad

PILAR R. QUIRÓS

Viernes, 14 de noviembre 2008, 03:50

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El día soleado invitaba a echarse a la calle. Y así lo hicieron ayer un millar de estudiantes universitarios en Málaga y varios millares por todas las ciudades universitarias del país. A todos ellos se les ha atragantado el Proceso de Bolonia, que no es otra cosa que una reforma europea de la Universidad que implicará un rediseño de todas las carreras actuales, entre otras muchas medidas. El objetivo es que los estudios converjan dentro del llamado Espacio Europeo de Educación Superior, que ya está en marcha y que culminará en el año 2010. «Manos arriba. Bolonia es un atraco», «si somos el futuro, ¿por qué nos dais por culo?», «la educación es un derecho, no un negocio», «fuera el capital de la universidad», fueron algunos de los lemas que corearon ayer los manifestantes, que iniciaron su periplo en el 'edificio negro', en la avenida de La Aurora. Allí se fueron congregando hasta sumar al menos un millar de jóvenes que recorrieron toda la avenida hasta la calle Alemania, Muelle de Heredia y plaza de la Marina hasta desembocar en el Rectorado. A este último paso no estaban autorizados, pero finalmente el desarrollo pacífico de la manifestación fue su carta de presentación para convencer a la Policía Nacional, que en principio les cortó el paso en la plaza de la Marina. Violeta Cortés, de la CNT Estudiantes, una de las organizaciones que convocó ayer a la huelga en la Universidad junto al Sindicato de Estudiantes, Comisiones Obreras, UGT o la Asamblea Universitaria, resumió el espíritu de la protesta: «Lo peor de todo es la enorme desinformación que hay respecto a este proceso. Las carreras que no sean rentables de Humanidades como las filologías acabarán desapareciendo y la empresa acabará entrando en la Universidad a través de los másters, que se privatizarán, por lo que los universitarios no seremos más que una mercancía más que controlará la patronal». El centenar de alumnos que llegó al Rectorado finalizó el encuentro con la lectura de un decálogo de quejas, que pasan por no entender el futuro de las actuales carreras, ya que dicen «supondrán una degradación del título y se convertirán en una simple preparación para el mercado laboral». En este punto critican que el plan tiene como uno de sus principales objetivos adaptar el contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales. Y por último, se hicieron una promesa: «Volveremos a la carga».

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