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José Carlos Gaspar
José Carlos Gaspar, director de promoción y 'marketing' del Unicaja. El deporte como filosofía
EL FOTOMATÓN

José Carlos Gaspar, director de promoción y 'marketing' del Unicaja. El deporte como filosofía

Mi pasión es el baloncesto / Estoy casado con una cordobesa maravillosa y tenemos tres hijos / Iba para tenista y acabé en el baloncesto / Estuve a punto de acabar Derecho / Jugué un minuto y once segundos en la ACB / En EE. UU. di clases de yoga y tiro con arco / Volví a nacer en 1985 tras un accidente / El futuro del 'marketing' está en hacer feliz a la gente

TEXTO: JUAN CALDERÓN. FOTO: YOLANDA MONTIEL

Domingo, 2 de noviembre 2008, 12:46

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A veces la vida hace bueno aquello de que no hay mal que por bien no venga. La mala suerte se cruzó un día en el camino de este licenciado en Educación Física en forma de accidente de tráfico y, aunque parezca paradójico, aquel percance le abrió un nuevo camino profesional y personal que al final ha terminado dando sentido a su vida. Implantó en el Unicaja las técnicas de promoción que aprendió durante su etapa universitaria en Estados Unidos. Hoy es el club cuyo pabellón registra la asistencia más alta de la Euroliga y su modelo ha sido imitado en la Liga ACB. Hace poco que celebró su 42 cumpleaños y lejos queda ya aquella época en la que era uno de esos niños raros que prefieren ser portero antes que delantero. «Dejé el fútbol y comencé con el tenis. Jugaba en la pista que hay en los Baños del Carmen, junto al 'camping'. Me encantaba, pero a los 11 años mi padre me dijo que tenía que practicar un deporte de equipo y llegué al baloncesto», recuerda. Su entrenador en el Cerrado de Calderón no era otro que José María Martín Urbano, uno de los hombres clave en el desarrollo del baloncesto en Málaga. El joven Gaspar fue a regañadientes a la primera clase, pero enseguida se enganchó. Ahí comenzó su particular carrera como jugador, que le llevó a disputar 1 minuto y 11 segundos en la ACB en el último partido de la temporada frente al Caja Madrid. «Recuerdo aquel minuto al completo, porque en la vida sólo te acuerdas de esos pequeños instantes. Cuando salí a la pista perdíamos por 20. Me pegué a Llorente como una lapa y me dijo que si no había visto el marcador, y yo le respondí que estaba más pendiente del tiempo. Era mi minuto de gloria. Metí un punto e hice una falta personal a Brabender, que cada vez que me ve me dice que le impedí meter el último triple de su carrera. Se retiró tras aquel partido». Fue su última actuación con el Unicaja. Un grave accidente de tráfico, del que sobrevivió gracias a su buena preparación física, lo tuvo 20 días en la UVI. «Llegué al entrenamiento, me pasaron el balón y se me cayó de las manos. Aquello cambió el planteamiento de mi vida. Asumí que no podía llegar», explica. Comenzó a estudiar Derecho después de no superar las pruebas de INEF en Granada, hasta que un verano acudió a un campus a Estados Unidos en la Universidad de Montclair State, en Nueva Jersey. Otro giro de la vida. «Me quedé alucinado con las instalaciones». A su regreso a España era un hombre nuevo. «Le dije a mi padre que quería estudiar allí. Sabía que era imposible, pero me apoyó». Y Gaspar trató de entrar en el equipo de la universidad. «Trabajé tan duro que el entrenador me dijo que estaba sorprendido, pero que no podía incluirme. Me prometió que al año siguiente, si seguía así, me daría una plaza. Cumplió». El 16 de mayo de 1991 lo nombraron mejor estudiante deportista. «Para acabar la carrera tuve que dar clases de yoga y tiro con arco. No tenía ni idea. Los alumnos me preguntaban por qué nunca cogía el arco», bromea. Le propusieron formar parte del profesorado tras licenciarse, pero la morriña tiraba demasiado y José Carlos Gaspar era consciente de que en Málaga había más recorrido y mucho por hacer. En 1993 Javier Imbroda lo llamó para que se incorporara al Unicaja. Buscaban una persona para el recién nacido departamento de 'marketing'. «Mi sueño, hecho realidad», dice. Comenzó entonces una campaña para llenar Ciudad Jardín y lograr que el equipo conectase con la ciudad. En menos de un mes se lograron vender 1.000 localidades. Aquello cambió el concepto de la promoción deportiva, hasta el punto de que el pabellón se quedó pequeño. Objetivo: una nueva casa. Y surgió el lema 'Málaga por su Palacio'. Tras mucho pelear con el respaldo de Unicaja y el gerente del club, Rafael Jiménez, el CSD dio el visto bueno al Palacio. «Ahora vivimos un sueño teniendo en cuenta lo que se ha hecho, pero todo ha sido gracias a la gran cultura deportiva que hay en la ciudad. La misma que me inculcó mi padre y gente como Martín Urbano. El modelo de Unicaja fue pionero. Ahora muchas empresas y otros bancos quieren imitarlo. Nada habría sido posible sin el apoyo de la caja», explica. Persona de referencia en el mundo de la promoción deportiva, José Carlos Gaspar tiene claro cuál es el camino a seguir. «Hay que conseguir la satisfacción de la gente, pero con una relación más auténtica y satisfactoria. Nosotros pretendemos lograrlo por medio del deporte y sus valores de superación, esfuerzo y lucha». Los resultados le dan la razón.

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