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KILOS DE MÁS. Los especialistas avisan de que el sobrepeso y la obesidad cada vez hacen más estragos entre los niños. / SUR
Expertos alertan de la aparición precoz en la infancia de enfermedades de adultos
MÁLAGA

Expertos alertan de la aparición precoz en la infancia de enfermedades de adultos

Aumenta el número de niños que tienen el colesterol alto, hipertensión, diabetes tipo 2 y obesidad. Una alimentación con un exceso de grasa y el sedentarismo están detrás de la aparición de estos padecimientos

ÁNGEL ESCALERA

Domingo, 24 de agosto 2008, 03:25

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Son niños, pero tienen enfermedades que tradicionalmente sólo afectaban a los adultos. Los pediatras han puesto el dedo en la llaga y alertan de que una mala alimentación, con un exceso de grasas saturadas, y el sedentarismo están provocando el aumento de casos de pequeños con hipercolesterolemia (colesterol alto), hipertensión arterial, diabetes tipo 2 y sobrepeso. De hecho, el exceso de peso afecta al 40% de los niños malagueños de ocho a diez años.

Los menores que sufren esos padecimientos presentan un mayor riesgo de enfrentarse a problemas cardiovasculares, endocrinológicos, digestivos, psicológicos y traumatológicos al llegar a la edad adulta. Prevenir en la infancia hará que su vida posterior sea más sana.

A partir de los tres años, empiezan a detectarse en los niños enfermedades motivadas por una alimentación incorrecta, lo que redunda en que vayan ganando peso y les suba el colesterol. El jefe del servicio de pediatría del Hospital Materno Infantil, Antonio Jurado, explicó a este periódico que el colesterol en la infancia ha crecido en los últimos años debido a los cambios en la alimentación y al hecho de que los chicos pasan muchas horas viendo la televisión y jugando con la videoconsola o el ordenador en vez de estar haciendo ejercicio físico.

«El colesterol infantil que los pediatras vemos más es el llamado exógeno, cuya causa directa es un exceso de ingesta alimenticia, con un predominio de productos precocinados, bollería industrial, refrescos de cola o de naranja y zumos artificiales y envasados», defendió Antonio Jurado. «Hay que recuperar la alimentación mediterránea -prosigue- que es rica en legumbres, hortalizas, frutas, verduras, pescado y aceite de oliva».

Controlar las grasas

La base para que los niños no engorden más de la cuenta y tomen más calorías de las necesarias está en vigilar su dieta desde que son bebés para controlar su consumo de productos grasos.

Respecto a la conveniencia de hacerles análisis de sangre a los pequeños para ver sus índices de colesterol, el jefe de Pediatría del Materno considera que no es necesario llevarlos a cabo de forma generalizada, sino efectuarlos sólo a aquellos menores con antecedentes familiares de colesterol elevado y enfermedades cardiovasculares, o bien si el niño tiene colesterol endógeno, es decir, el que el organismo no puede metabolizar por sí solo debido a algún tipo de anomalía.

Para contrarrestar el colesterol malo en la infancia lo más aconsejable es regular la dieta y lograr que las grasas totales tomadas no aporten más del 30% de la energía. Igualmente, los ácidos grasos saturados deben ser inferiores al 10% del total de la alimentación. El colesterol máximo en la dieta tiene que estar por debajo de los 100 miligramos por cada 1.000 calorías y no sobrepasar los 300 miligramos al día de colesterol.

«El aumento de la hipercolesterolemia en la infancia no es preocupante en sí mismo; el riesgo se relaciona con seguir una dieta que favorece la aparición de la obesidad. Sin ese exceso de kilos, el colesterol en los niños estaría bien regulado», afirmó el doctor Jurado.

Problemas de salud

El sobrepeso y la obesidad infantil suponen uno de los problemas de salud pública más importantes en España. Un estudio elaborado por los endocrinólogos pediátricos Juan Pedro López Siguero, del Materno Infantil de Málaga, y Juan Manuel Fernández García, del Hospital Clínico de Granada, revela que los niños empiezan a tener sobrepeso u obesidad a partir de los tres años. Ese trabajo indica que detrás de tal exceso de kilos en la infancia se encuentran una mala alimentación y un fuerte sedentarismo. «Los niños comen de forma muy rápida y a veces no lo hacen con la familia; si a eso se le une que cada vez sus juegos son más sedentarios y ven más la televisión, la consecuencia es que llegan al sobrepeso o la obesidad», subrayó el doctor López Siguero.

Este especialista defiende que se fomente la lactancia materna como forma de alimentar a los bebés. «Que las madres les den el pecho a sus hijos es importante para conseguir un menor sobrepeso en los pequeños a los dos o tres años», comentó.

López Siguero destacó que es primordial que los niños se alimenten correctamente y hagan ejercicio físico para prevenir enfermedades en la infancia como el colesterol, la hipertensión, la diabetes tipo 2, el sobrepeso y la obesidad, unas patologías que siempre son preocupantes y más si ya aparecen a los pocos años de vida.

La influencia paterna

Otros expertos consideran que los hábitos alimenticios y los estilos de vida que siguen los pequeños están influidos por los que tienen sus padres. De ese modo, si los progenitores toman más grasas de las debidas y no hacen ejercicio físico, los hijos tienden a seguir esa pauta. Está comprobado que en los últimos veinte años el número de niños con un exceso de peso se ha triplicado. Este hecho trae consigo que esos menores, al llegar a la edad adulta, tienen mucho más riesgo de estar gordos y de padecer diversas enfermedades.

La clave para frenar la epidemia de la obesidad está en tomar medidas preventivas en la infancia. Si no se hace así, se corre el peligro de que los niños de hoy puedan tener una esperanza de vida menor que la que tienen sus padres, puesto que estarán condenados a sufrir padecimientos cardiovasculares y metabólicos graves.

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