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ABATIDO. Rubén Garabaya digiere la derrota ante la alegría de los islandeses. / EFE
Islandia da un portazo a una España penosa Con corazón y sin cabeza (36-30)
PEKÍN 2008. BALONMANO

Islandia da un portazo a una España penosa Con corazón y sin cabeza (36-30)

Las pérdidas de balón en ataque dan alas a los contragolpes islandeses y dejan sin final a los de Pastor

MANUEL FRÍAS M. F.

Sábado, 23 de agosto 2008, 03:14

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Será difícil que la selección española de balonmano tenga otra oportunidad en su historia para llegar a una final olímpica como la que desperdició ayer. Ni Islandia es superior a España, ni planteó un juego novedoso de lo que se esperaba de ella, ni avasalló con su técnica al equipo de Pastor. Únicamente, supo hacer su partido y explotar la velocidad de su contragolpe para aprovechar los continuos fallos ofensivos de los españoles. Tras el 36-30 con el que finalizó el choque, al equipo de Juan Carlos Pastor le queda la opción de jugarse el bronce ante Croacia, que nunca es una buena compañera de baile.

Para cuando los jugadores de la selección española quisieron entrar en el partido ya llevaba un 5-0 en contra en el marcador (m.4), había perdido seis balones en ataque -menos mal que los islandeses también fallaron lo suyo en el uno contra uno ante Barrufet- y no acertaban con el marco contrario. Tanto que el primer tanto español llegó en el minuto 5 (5-1).

No les salía nada. Era como si toda la ciencia se hubiese quedado en el vestuario. Los fallos delante producían oleadas continuas de ataques islandeses, que pillaban a contrapié a la defensa española y que dejaban vendido al meta Barrufet. Una parada de diez tiros fue su balance en estos primeros minutos de desconcierto. Tampoco pudo hacer más porque o bien le llegaban a la contra, o bien acertaban a jugar el balón a la línea continua, donde remataban casi a placer. El desbarajuste de los nuestros era total.

Pastor intentó arreglar el partido con un tiempo muerto y el marcador se fue apretando, aunque más por las tres exclusiones que sufrieron los islandeses en los primeros 15 minutos -su juego defensivo rozó muchas veces la ilegalidad- que por el acierto ofensivo español, deslabazado en su juego y sin ofrecer una línea de continuidad.

Cambio de portero

Pese a todo parecía que se había encontrado la solución con los empates a 9 (m. 16) y 13 (m. 24) goles y que podía empezar un nuevo partido. Pero fue un espejismo. «Cuando un partido lo llevas siempre a la contra es muy difícil remontarlo», dijo Pastor al final del choque. Y tuvo razón, aunque en el descanso (17-15 para los islandeses) parecía que todo iba a ser posible.

El técnico español movió ficha en la segunda parte pero le salió mal la jugada. Sacó en la meta a Hombrados y la apuesta no pudo haber sido peor, con una parada de ocho tiros en los seis minutos que estuvo en cancha el meta del Ciudad Real, lo que volvió a abrir una nueva brecha en el marcador, cuando parecía posible la remontada, de la que España ya no se recuperó.

Vuelta a los inicios con Barrufet bajo palos y 24-20 en el marcador, y cambio en el sistema defensivo, del 6-0 al 5-1. Pero el mal seguía estando delante. España seguía perdiendo balones en ataque (hasta un total de 14) y cuando se tiraba se hacía mal. Los números de los laterales españoles asustan por su bajo rendimiento. Romero marcó cinco goles de 10 lanzamientos y Malmagro, la solución otras tardes, apenas participó en el juego, con dos tiros y ningún gol. Se intentó buscar la solución al final en un Alberto Entrerríos tocado, pero sus cuatro lanzamientos seguidos no llegaron a las redes, lo que motivó el hundimiento moral español. Croacia tiene ahora la llave del podio.

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