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COSTUMBRE. Los clientes se llevan habitualmente los artículos de higiene de los hoteles. / SUR
«No sé cómo ha llegado hasta aquí»
MÁLAGA

«No sé cómo ha llegado hasta aquí»

Televisores dentro de la maleta, toallas o un jarrón de un metro bajo el brazo. Un informe revela que el 80% de los españoles reconoce que se lleva artículos de los hoteles

DANIEL MOLINA

Miércoles, 25 de junio 2008, 03:46

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Llegan las 12 del mediodía y la hora de abandonar el hotel. La camarera de piso sube a la habitación, dispuesta a hacer la limpieza, y descubre otra vez lo mismo: los huéspedes han arramblado con alguna que otra cosa. Así lo pone de manifiesto un estudio realizado por el portal de Internet Hotels.com, que desvela que ocho de cada diez españoles confiesan haberse llevado artículos de forma habitual de las habitaciones de los hoteles.

Jabón, champú, cepillos de dientes o gorros de ducha. Quedarse los artículos de higiene se ha convertido en una costumbre para los viajeros, que las grandes cadenas hoteleras han aceptado como una tónica habitual. «Los 'amenities' son productos muy golosos para nuestros clientes y nosotros contamos con que se los lleven», afirma un director de hotel.

Según se desprende del estudio, estos son los artículos más populares, seguidos de costureros y zapatillas de baño. Pero no todos los visitantes se conforman del mismo modo. «En una ocasión, cuando la camarera de piso llegó a la habitación, descubrimos que una señora aparentemente de clase alta se había quedado con todo lo que había podido: sábanas, colchas, toallas, no dejó nada», comenta el jefe de recepción del hotel Antequera Golf, Javier González.

Vergüenza ajena

Ante estos casos, los establecimientos intentan recuperar la pérdida. Se contacta con los clientes y se les reclama que devuelvan los productos o los abonen, aunque no siempre se hace, ya que depende de la cantidad de artículos y la cuantía económica de los mismos. En este sentido González asegura que los hoteles sienten «vergüenza ajena» cuando tienen que llamar a los clientes para decirles que han robado artículos del hotel. «Se llevan todo lo que pueden», recalca.

Y es que la picardía de los huéspedes no parece tener límites. Hasta tal punto que diversos establecimientos han optado por pegar a la mesa las innovadoras pantallas planas de televisión, y así evitar situaciones desagradables, ya que en alguna ocasión los clientes habían intentado llevarse el televisor entre el equipaje.

«No sé cómo ha llegado hasta aquí». Es la respuesta de los huéspedes cuando se les pide que devuelvan los artículos. «En una ocasión llamamos a una señora que se había llevado un albornoz y nos contestó que se había metido solo en su maleta», recuerda Javier González.

«Donde hay un minibar está la picaresca», así de rotundo se muestra el presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos), Salvador Vilches, quien reconoce que consumir las botellas de ginebra o vodka y rellenarlas de agua es una de las técnicas empleadas en los establecimientos del litoral malagueño.

«En una ocasión una clienta llegó a la recepción cargada de bolsas de plástico y al preguntarle lo que era dijo que se llevaba los artículos del minibar», recuerda González. «Son muchos los clientes que intentan llevarse las botellas y cuando se las cargamos en su cuentan las devuelven», puntua.

Otros de los artículos que se pierden con más frecuencia en los hoteles de la Costa del Sol son las toallas de playa. «Contamos con ello y de antemano se prevé que va a haber pérdidas en este sentido», indica el director comercial del Hotel Meliá Torremolinos, José Luis Gómez.

Pero no sólo los huéspedes son los protagonistas de estos 'despistes' y es que los hoteles son escenario de celebraciones de distinta índole. «En las bodas se suelen llevar los centros florales de las mesas, incluso en más de una ocasión han intentado llevarse los jarrones que decoran el salón, a pesar de que miden más de un metro y medio de altura», recalca el responsable de Antequera Golf.

No en vano, no todos los clientes responden al mismo perfil y los establecimientos consultados por SUR reconocen que en los hoteles destinados a un público de negocios no se dan este tipo de comportamientos. «Ya que llegan respaldados por una empresa que corre con todos los gastos de la estancia y no es gusto para nadie que los compañeros le conozcan por tener la mano más larga de lo habitual», afirma el director del Hotel NH Málaga, Andrés Castillo.

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