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ÓPERA. G. Orozco y H. Omura, en la representación. / CARLOS MORET
La visión de 'Madama Butterfly' de Lindsay Kemp resurge en Málaga
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

La visión de 'Madama Butterfly' de Lindsay Kemp resurge en Málaga

La ópera de Puccini, con la Orquesta Filarmónica y el Coro de Ópera de Málaga, agota las entradas del Cervantes

REGINA SOTORRÍO

Jueves, 19 de junio 2008, 03:52

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Hay mucho del reputado director de escena Lindsay Kemp en su versión de 'Madama Butterfly': desde su concepto de la escenografía y los cuidados movimientos de los artistas, hasta el kimono que viste el hijo de la protagonista. En una presentación cargada de evocaciones al pasado, Kemp recordó como su amor por 'Madama Butterfly' se remonta a cuando tenía tres años e interpretaba la ópera en un refugio del Liverpool de la Segunda Guerra Mundial. «Mientras caían las bombas, mi madre ponía el gramófono para entretener a los vecinos». En aquellos momentos, llevaba puesto un kimono que su padre, marinero, le había traído del lejano oriente. «Es como un talismán de fortuna que he guardado durante años. Los colores se han ido con el tiempo, es demasiado pequeño... pero ahí está», declaró.

Kemp regresa al Cervantes con la ópera de Puccini, que «renace» en Málaga tras un parón de más de dos años desde su estreno en 2002. «Málaga es perfecta para despertar a esta bella durmiente», resaltó Kemp, «contento» de estar al lado del mar, «fuente de inspiración» y tan relevante en 'Madama Butterfly'. Ofrecerá dos funciones, mañana y el domingo, para las que ya se han agotado las entradas.

Más de 60 artistas

Más de 60 artistas participan en esta producción, entre cantantes, la Orquesta Filarmónica de Málaga y el Coro de Ópera de Málaga. La soprano Hiromi Omura dará vida a la malograda Cio Cio San, mientras que el tenor Guillermo Orozco será el oficial Pinkerton. Son cantantes pero también actores, porque Kemp busca ante todo transmitir. Cada una de las escenas recuerdan «a un grabado japonés», con una escenografía de «extrema simplicidad» que huye del orientalismo barroco y apuesta por la esencia. Porque, según dijo, los artistas «llegan a un cierto punto de madurez en el que las cosas superficiales no les interesan». Por eso, evita «las ideas abstractas» y se limita a «dar un aspecto visual a lo que Puccini dice con música».

Por su parte, el director musical Angelo Cavallaro alabó la «sensibilidad» de la OFM y destacó la grandiosidad de Puccini. «Cada día, su obra se representa en alguna parte del mundo», señaló.

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