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ORO. Antonio Cortés, con la medalla.
El ingenio también viaja en moto
MÁLAGA

El ingenio también viaja en moto

Antonio Cortés nunca había inventado nada, hasta que se le ocurrió crear un sistema antirrobo de cascos que le ha valido la medalla de oro en un certamen internacional

TEXTO Y FOTOS: FRANCISCO JIMÉNEZ

Viernes, 9 de mayo 2008, 11:25

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LOS usuarios habituales de la bicicleta o de la moto lo saben bien. Portar con el casco todo el día después de dejar aparcado el vehículo es un engorro, además de provocar más de una pérdida. La otra opción es dejarlo enganchado al pitón de la rueda, pero con la suciedad que acumula en el suelo, ponérselo después no es lo más recomendable para la higiene del cabello, aunque no quede otro remedio para garantizarse la protección en caso de accidente. Si todo sale como espera Antonio Cortés, este problema tiene los días contados. Este fuengiroleño acaba de recibir la medalla de oro en el XXXVI Salón Internacional de Inventos y Nuevas Técnicas de Ginebra (Suiza) -que vienen a ser las Olimpiadas de los Inventos- gracias a un novedoso sistema antirrobo para cascos de motos y bicicletas que se fija en distintas posiciones del vehículo.

El Helmet Hole Locker, que así se llama el artilugio, consiste en un dispositivo con forma de escarpia en la mayoría de los casos, instalado en vehículos en los que se obliga a usar cascos, posibilitando que el usuario que lo porta, cuando aparca, pueda dejar el casco en él, sin tener que llevarlo consigo a los lugares donde se dirija.

Sin embargo, el modelo que más sensación causó en la muestra de Ginebra fue el sistema incorporado dentro del manillar. «Resulta muy práctico porque, al tener forma de tubo, queda oculto cuando no se utiliza el vehículo, cuyo dispositivo se extrae para dejar el casco totalmente bloqueado», explica Antonio. De momento, ya han sido varias las compañías internacionales que han contactado con él para comercializar el producto.

Lo de este vecino de Fuengirola ha sido llegar y besar el santo. Hasta ahora nunca había inventado nada, salvo un juego de mesa similar al ajedrez que aún no está perfilado del todo y del que no quiere dar más detalles «para evitar que alguien lo copie». Se presentó en Ginebra con toda la ilusión del mundo, aunque pronto se vio truncada ante la magnitud el resto de artilugios que competían en su categoría (Aeronáutica, Motor y Accesorios). «Había un coche que aparcaba solo, un aparato para caminar sobre el agua y un prototipo de barco pilotado por satélite», comenta.

Simple, pero práctico

Pero la vistosidad de estos proyectos nada tiene que ver con la utilidad y el potencial del pequeño sistema ideado por Antonio. «Ya sé que el dispositivo es simple, pero también lo son la fregona y el chupa-chups, y no por eso dejan de ser geniales inventos», recalca este fuengiroleño de 37 años, a quien la inspiración le vino de la mano de una concentración de Harley Davidson que tuvo lugar el pasado verano en la localidad.

La cuestión ahora es poder comercializarlo e incluirlo de serie en las bicicletas y motocicletas, o bien adaptarlo a los vehículos ya en circulación. Pero los beneficios que le reporta la agencia de viajes que regenta no le bastan para patentar el Helmet HL a nivel mundial. «Eso te puede costar unos 200.000 euros», asegura. Así, lo más factible es ceder los derechos de explotación a una empresa a cambio de un porcentaje. Y en eso anda desde que regresó de Suiza. «Hay una firma alemana muy interesada, pero aún es pronto para saber qué va a pasar», añade.

El siguiente paso será acudir el próximo mes de julio a la Feria Internacional de Inventos de Pittsburgh (EE.UU.), que es más comercial, además de dar premios en metálico. Como en Suiza, allí se encontrará con un millar de inventos procedentes de cualquier rincón del mundo. Aunque visto lo visto, igual repite medalla.

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