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Restaurantes cardioprotegidos
VIVIR

Restaurantes cardioprotegidos

Un proyecto pionero instala desfibriladores en prestigiosos establecimientos de restauración para salvar la vida de clientes que sufran una parada cardiaca

TEXTO: RAFAEL HERRERO. COLPISA

Miércoles, 16 de abril 2008, 03:32

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USTED está degustando en un afamado restaurante unas sabrosas judías con almejas y un chuletón de buey. De repente, le sobreviene un sofoco y un mareo imprevistos, el aire no le llega a los pulmones y cae postrado sobre la mesa, inconsciente. Sufre una gravísima parada cardiaca que le puede costar la vida si no se reacciona en cuestión de minutos.

El camarero le puede salvar la vida. Acude presto a una cabina, coge el desfribilador externo semiautomático (DESA) y, sin necesidad de ayuda médica, le coloca dos parches, aprieta un botón y le aplica una descarga que le 'resucita'. En caso de no necesitarla, no hay error posible: el dispositivo impide que se le aplique el 'choque' reanimador porque dice que no está indicado. En paralelo, el aparato, previamente activado, conecta con los servicios de emergencia más cercanos.

No es un guión de cine. Es ya una realidad, aunque poco extendida -en algunos gimnasios y centros deportivos-, pero ahora se trata de concienciar a la sociedad y los poderes públicos de que los desfibriladores estén presentes en puntos donde exista gran afluencia de público.

De momento en Madrid

De momento, se ha puesto en marcha una iniciativa pionera para instalar estos desfibriladores en prestigiosos establecimientos de restauración para salvar la vida a posibles clientes de la muerte súbita cardiaca, primera causa de fallecimiento en España y que provoca la muerte de 35.000 personas al año, según Josep Brugada, director del Instituto del Tórax del Hospital Clínic de Barcelona. A ella se han sumado en Madrid 25 conocidos restaurantes -como Gaztelupe, Zalacaín, el Asador Donostiarra y Pedro Larumbe, entre otros-, aunque el proyecto se ampliará en a todo el territorio nacional.

Los impulsores de esta iniciativa (la empresa 'Es por ti, corazón, S.L.', distribuidor de los DESA, con el respaldo de la Fundación Española del Corazón) persiguen que la aplicación de esta avanzada herramienta tecnológica no se limite a la denominada Red de Restaurantes Bajo Protección Cardiaca. Su ambición es que, a lo largo de los próximos años, los desfibriladores sean, como los extintores, un «elemento más del mobiliario urbano» en aeropuertos, campos de fútbol, grandes centros comerciales, centros deportivos y de trabajo. E incluso recomiendan que, a nivel individual, se lleven en el maletero del coche.

Y es que el uso de estos aparatos en los primeros minutos puede salvar una vida y su utilización es muy sencilla. «Hay que romper el tabú de que sólo lo puede hacer el médico. Lo puede hacer cualquiera, incluso un niño, después de un cursillo de unos minutos», enfatiza el doctor Brugada. Juan José Laborda, miembro del Consejo de Estado y ex presidente del Senado, presente en la rueda de prensa, recordó que él sufrió un ictus en un restaurante y que, al igual que en una parada cardiaca, fue esencial la 'rapidez' en que le trasladaron a la UVI para salvar su vida. Y es que, con un desfribilador cerca, hay diez minutos de esperanza de vivir, ya que en cada minuto de retraso en aplicarlo se pierde un 10% de las posibilidades de superar la parada y sufrir la muerte súbita cardiaca. Su difusión, confían sus promotores, será realidad en algunos años ya que está demostrado en que el 90% de las muertes súbitas se producen fuera de los hospitales y clínicas.

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