Emilio Gutiérrez Caba: «Es un drama obligar a la gente a que se posicione»

Más de treinta películas avalan la carrera del «varón último sobre la tierra de la dinastía». Emilio Gutiérrez Caba, después de años dedicado a la interpretación se embarca ahora en un nuevo proyecto: contar en un libro la historia de las mujeres de la saga, que se remonta hasta 1870. El veterano actor da vida en 'Paisito' a un navarro que llegó a Uruguay huyendo de la Guerra Civil y se encuentra en medio del enfrentamiento que acabará en un golpe de estado.

Más de cuarenta años en escena, ¿no se siente cansado de actuar?

A veces sí. Lo que pasa es que ha habido una época en mi vida en la que me permití el lujo de hacer sólo cine y televisión y no hice casi teatro que es lo que más agota. En los últimos años he llevado muchísima carga teatral. A veces me hubiera gustado no hacer una serie de cosas para haber realizado otras.

¿Es muy exigente a la hora de seleccionar sus trabajos?

En teatro, los trabajos la mayoría de las veces dependen mucho del tiempo. Yo pertenezco a una vieja generación en la que si tú te comprometes a hacer una obra de teatro, tienes que cumplirlo. A pesar del tiempo, he tenido la satisfacción en los últimos años de compatibilizar varios proyectos. Pero en cine te puedes permitir poco el lujo porque hoy en día tenemos ingresos altos, pero también tenemos gastos altísimos.

El personaje que interpreta se ve obligado en un momento dado a decantarse por un bando, ¿cree que es necesario tomar partido?

En la Guerra Civil española hubo que hacerlo. Cuando acabó, mi familia estaba depauperada, destrozada y desmoralizada, aunque no habían militado en ningún partido. Había que hacer una adhesión incondicional al régimen, incluso en los teatros se cantaba 'El cara al sol'. Tuvieron que decantarse porque si no estas con ellos, estas en contra. Es un drama obligar a la gente a que se pronuncie, me parece tremendo, pero pasó y ojalá no hubiera ocurrido nunca.

La deuda de Saura

Ha trabajado con algunos de los directores más importantes del país. En esta película se pone en manos Ana Díez, ¿qué le impulsó a involucrarse en este proyecto?

Uno estudia realmente el proyecto en sí. A mí el guión de 'Paisito' me pareció muy interesante y por eso lo acepté. Los directores conocidos en general no te dan guiones excelentes. Por ejemplo, creo que Carlos Saura tiene una deuda conmigo porque después de haber hecho 'La caza' con él, la mejor película de Carlos para mi gusto, nunca más me ha vuelto a dar un papel con un cierto peso. He trabajado con directores muy interesantes como Basilio Martín Patino, José María González Sinde, Miguel Albaladejo, Álex de la Iglesia o el propio Pedro Almodóvar. Unos han hecho historia, otros no, pero siempre han tenido algo que contar.

La película se ambienta en Uruguay en una dictadura, ¿que relación puede encontrar los espectadores con la historia de España?

Aquí hubo una guerra abierta, con ejércitos regulares e irregulares, mientras que en Uruguay se vivió una guerra encubierta, una represión feroz. Aunque han pasado bastantes cosas como para poder contarlas desde aquí. Para los uruguayos exiliados en España, la película será una bofetada moral para los que lo han hecho muy mal y el mínimo consuelo de que la historia no se olvida.

En la película, la protagonista busca cicatrizar una herida, ¿puede ser esta película un medio para que se 'curen' las personas que vivieron ese drama?

Las heridas cicatrizan, es cierto, pero nunca se curan. Hay cosas que son imperdonables para el ser humano, la barbarie que se ensañó con aquellas gentes es imperdonable para los que lo cometieron y merece nuestra mayor repulsa y condena.

¿Está en crisis el cine español?

El cine español tiene una cuota de pantalla muy pequeña y una dificultad enorme para ser vendido fuera del país. Se trata de una crisis estructural desde casi los tiempos que el cine existe como industria. En España nadie apostó por el cine, creo que en la época republicana hubo un intento de dotarlo de medios, pero la posterior guerra civil, la guerra mundial y las posguerras lo dejaron en mano de los norteamericanos que fueron los que finalmente implantaron su cinematografía en todo el mundo. Esto ha hecho que el mercado latinoamericano, que sería el natural para España por lengua, esté muy lejos de nuestros problemas. Sólo en ocasiones como en 'Paisito', podemos engarzar un poco con la historia de los españoles allí.