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DOS GENERACIONES. Miguel Palenzuela y Ángel Ruiz encarnan a Miguel de Molina. / CARLOS MORET
El Cervantes estrena un musical sobre Miguel de Molina alejado de los tópicos
CULTURA Y ESPECTÁCULOS

El Cervantes estrena un musical sobre Miguel de Molina alejado de los tópicos

La obra recrea el talante innovador y el humor del artista malagueño desde su juventud hasta su madurez

REGINA SOTORRÍO

Jueves, 21 de febrero 2008, 02:48

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Fue un icono homosexual y un símbolo político, pero ante todo -como él decía- «un señor que nació pobre en Málaga, trabajó toda su vida y le gustaron los hombres». Un musical recupera ahora al Miguel de Molina hombre y artista alejado de los tópicos y los prejuicios. 'Miguel de Molina. La copla quebrada' vive mañana su estreno nacional en el Teatro Cervantes, el mismo escenario que aquel artista veía desde el paraíso y donde soñaba actuar. «Él no pudo hacerlo, pero yo lo voy a hacer en su nombre», decía ayer el actor malagueño Ángel Ruiz, que encarna al Miguel de Molina joven.

La obra no trata de reproducir, a modo de imitación, la vida conocida del tonadillero. «Quise acercarme a todo el material auténtico que había sobre él, cartas, autobiografías..., y mirarlo con ojos nuevos para contar a partir de lo que él mismo contó de él», señaló el autor del musical, Borja Ortiz. Para hacerlo, el creador apostó por un lenguaje contemporáneo, recogiendo el talante innovador del que siempre hizo gala el artista. «Hay saltos en el tiempo y una manera de narrar que no sigue una línea estrictamente temporal», explicó. De hecho, la historia comienza cuando un periodista acude a entrevistar a Miguel de Molina en los últimos días de su vida, en el Buenos Aires de 1993. La conversación se salpica con elementos y escenas del pasado.

El humor de Miguel

Innovador y, además, con muy buen carácter. «A pesar de lo que sufrió, jamás perdió su sentido del humor», añadió Ortiz. El musical recupera también este aspecto del artista y se presenta bajo la forma de comedia, «desde un lugar respetuoso, pero nada reverencial».

'Ojos verdes', 'La bien pagá', 'Agüita del querer' o 'Las cosas del querer' sonarán durante la obra en la voz de Ángel Ruiz, el joven Miguel de Molina. «Me debatía entre una imitación u optar por una cuestión emocional», aseguró. Al final se decidió por lo segundo. «No se sabe qué tenía, pero Miguel volvía loca a la gente; la única manera de llevar eso al escenario con respeto era desde la implicación personal», apuntó el actor, que tuvo que aprender a bailar sevillanas para su papel. «Nunca he podido con ellas», confesó.

Su otro yo maduro es -en la ficción teatral- Miguel Palenzuela. «Tras 51 años sobre los escenarios, esta es la gran locura de mi carrera», reconoció con cierta ironía el actor. «Son tremendas las posibilidades de interpretación del personaje, y por eso es el no va más de dificultad», admitió el actor.

La directora Rosario Ruiz resaltó el punto de contemporaneidad de la obra y el reto que supone crear algo nuevo a partir de la música del artista malagueño, de sobra conocida. «La hemos transformado desde el respeto en algo que al público de hoy le llegase», señaló. Lo mismo ocurrió con la estética. Como reconoció Rosario Ruiz, «todo estaba hecho», por eso el equipo creativo decidió «llevarlo a un mundo de hoy en el que tuviera su espíritu innovador e irreverente». El resultado, según Alejandro Salade, director de la Fundación Miguel de Molina y familiar del artista, es «una obra que hace justicia con el personaje».

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