Gobierno y oposición coinciden en que no hay parecido con la realidad española

Kosovo salpica todas las intervenciones de la precampaña electoral española. No hay acto del Gobierno o la oposición en el que sus representantes no deban opinar sobre la inmediata independencia de la provincia serbia. Y eso que todos repiten lo mismo: no tiene nada que ver con ninguna situación española.

Ayer le tocó al ministro de Defensa, José Antonio Alonso, quien volvió a reiterarlo. En declaraciones realizadas en la localidad leonesa de Ponferrada, Alonso recordó que «España es el país más antiguo de Europa, tiene una sociedad civil completamente relacionada, sana, un Estado que funciona, una buena Constitución y no tiene tensiones étnicas, religiosas y de ningún tipo».

Por ello, está convencido de que «es uno de los países sin duda alguna más estables no sólo de Europa, sino del mundo». E insistió en que, aunque «a veces se producen asimilaciones que carecen de fundamento desde el punto de vista conceptual, intelectual y político. No tiene sentido comparar los Balcanes con España».

Cuestión europea

De todos modos, cree que el de Kosovo es un asunto «que tenemos que tratar los europeos bajo el prisma de la unidad de la UE, que es el gran actor político, porque ésta es una cuestión específicamente europea». El ministro recordó que España participa con tropas en la misión de la ONU «para proteger a las minorías que conviven en Kosovo, una labor seria y decente», que es «políticamente neutral» sin que deba pronunciarse sobre la secesión.

En Valencia, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega tuvo que repetir lo dicho el viernes, que no era otra cosa que si Kosovo declara de forma unilateral su independencia no recibirá el respaldo de España. Pero tampoco la oposición se libra... de decir lo mismo. El presidente del PP, Mariano Rajoy, coincidió desde Oviedo con los dicho por De la Vega y pidió al Gobierno que esté «a la altura de las circunstancias» para oponerse a la segregación kosovar.