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Málaga

Piden 14 años por matar a un compañero de celda con un palo de escoba

La víctima había solicitado sin éxito un cambio de celda por los problemas de convivencia

EFE

Domingo, 27 de enero 2008, 13:12

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Un recluso de la prisión de Alhaurín de la Torre se enfrentará mañana a una petición fiscal de 14 años de prisión por matar presuntamente a su compañero de celda en el módulo de enfermería con un palo de escoba por problemas de convivencia.

El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial de Málaga y el procesado, S.R.J., será juzgado por un delito de homicidio, por lo que nueve miembros de un jurado tendrán que emitir un veredicto de culpabilidad o no culpabilidad.

Los problemas se iniciaron a principios de 2006 cuando el acusado compartía celda con el interno A.H.M., de 72 años, en el módulo de Enfermería del centro penitenciario de Alhaurín de la Torre.

La Fiscalía malagueña relata en su escrito acusatorio, al que tuvo acceso Efe, que entre ambos había "una convivencia difícil con frecuentes enfrentamientos" y que la víctima había solicitado "sin éxito" un cambio de celda.

En la noche del 5 de marzo de 2006, sobre las 23.00 horas, el encausado agredió a su compañero "con intención de acabar con su vida" con un palo de escoba, que formaba parte del equipamiento de la celda.

Para ello, el procesado partió la escoba en dos mitades y se la clavó en numerosas ocasiones por el cuerpo intentando atravesarlo por el cuello y el abdomen, ataque que eludió interponiendo los brazos.

Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió múltiples heridas en el cuello, cara y tórax, además de "empalamiento en el cuello y una lesión penetrante con barra de madera en la cara inferior del pene hacia la pelvis", afirma el fiscal en su escrito.

Todo ello produjo a la víctima una hemorragia abundante, infarto de miocardio y un estado de coma profundo hasta que falleció por las lesiones recibidas casi tres meses más tarde.

Para ocultar lo que había sucedido, el acusado limpió las manchas de sangre, se cambió de ropa y se duchó y más tarde arrojó las ropas manchadas de sangre al patio a través de la ventana de la celda para ocultar el crimen.

El fiscal relata que seguidamente "simuló un ataque de locura" y comenzó a gritar para llamar la atención de los funcionarios de la prisión que estaban de guardia, que hallaron al procesado "en un estado de gran agitación y diciendo cosas incoherentes".

Debido a ello, tuvieron que reducirlo y se lo llevaron sin percatarse de que su compañero estaba gravemente herido, pero un poco más tarde observaron que tenía una mancha de sangre en la zapatilla que no había conseguido limpiar y descubrieron lo sucedido.

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