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CÁDIZ

Familias que educan a sus hijos en casa piden que se legalice este sistema de aprendizaje

España es, junto con Alemania, uno de los países europeos que no lo reconocen Los padres del niño de Sanlúcar están pendientes de una resolución judicial

ROCÍO HEREDIA

Domingo, 20 de enero 2008, 02:42

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La opción de educar a los hijos en casa en lugar de enviarlos a la escuela (lo que en los países anglosajones se conoce como el homeschooling) cuenta cada vez con más aceptación en España, pese a que este es uno de los pocos países europeos donde la práctica no está regulada. La Ley establece que la educación Primaria y Secundaria son obligatorias y que el Estado debe disponer de una plaza escolar para cada alumno. Pero no recoge la posibilidad de que esta enseñanza se lleve a cabo en el seno de la familia.

Según Francisco González Estepa, doctor en Pedagogía y miembro de la Asociación para la Libre Educación (ALE), en España existen unas 2.000 familias que han puesto en práctica este método educativo. Sin embargo, su derecho a ejercerlo se cuestiona a menudo por parte de los poderes públicos, que abordan algunas de estas situaciones como casos de absentismo escolar.

El matrimonio de Sanlúcar cuyo hijo de 10 años nunca ha estado escolarizado aún está pendiente de que el juzgado de instrucción de Sanlúcar que lleva su causa se pronuncie al respecto. De momento, esperan a que un equipo de orientación educativa de la Delegación Provincial de Educación acuda a su casa para comprobar el entorno en el que se desarrolla el aprendizaje del niño y valorar su nivel de conocimientos.

Informe técnico

Según indicó ayer la propia Delegación, el informe que emita este equipo de profesionales será enviado al juzgado, que deberá decidir si autoriza al menor a seguir formándose desde casa o, por el contrario, debe matricularse en el colegio de su localidad donde tiene reservada una plaza. Las mismas fuentes señalaron que este informe se realizará a requerimiento del juzgado.

Loli, la madre del niño, aseguró que luchará hasta el final para lograr que su hijo pueda tener la formación que ha elegido para él.

Pero reconoció que ha informado al pequeño sobre la posibilidad de que el juez le obligue a incorporarse al colegio para seguir una enseñanza reglada. «Quiero que mi hijo sea consciente de las decisiones que toma -resaltó la madre-, nosotros no somos los padres perfectos ni él tampoco lo es, pero creemos que estudiar en casa le aporta otra visión del mundo».

Como ella, muchas familias en todo el territorio nacional reclaman que se les reconozca el derecho a hacerse cargo de la educación de sus hijos. El Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, se ha hecho eco en varias ocasiones de las reivindicaciones de las familias y en junio de 2006 presentó un escrito al Parlamento de Andalucía en el que concluía: «Si observamos a los países de nuestro entorno y vislumbramos el futuro con una cierta perspectiva, nos daremos cuenta de que no podemos seguir apostando por un único modelo educativo, concebido como algo exclusivo y excluyente que condena sin paliativos a la ilegalidad o incluso criminaliza a todo aquel que opta por modelos educativos alternativos». Y continuaba: «Es necesario abrir un debate social, especialmente en el seno de la comunidad educativa, en el que se analicen las nuevas realidades sociales y educativas y se vayan perfilando las claves para una nueva legislación».

Las razones que los padres esgrimen para sacar a sus hijos del sistema escolar y educarlos dentro del hogar son muy diversas, pero la mayoría está de acuerdo en que el modelo educativo actual no responde plenamente a sus necesidades ni a las de sus hijos. En países como el Reino Unido, Francia, Italia y Portugal la Ley reconoce el derecho de los padres a asumir en solitario la enseñanza de los hijos.

Sin embargo, según las críticas de los miembros de ALE, el sistema español «penaliza» a estos niños, porque les obliga a esperar hasta los 18 años para examinarse del título de enseñanza Secundaria en una convocatoria de adultos. Y a partir de ahí, pueden acceder al Bachillerato, la Universidad o a módulos formativos.

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