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Vasseur, ayer. / L. TEJIDO. EFE
Alemania 'apaga' el Tour por el caso del positivo de Sinkewitz
CICLISMO

Alemania 'apaga' el Tour por el caso del positivo de Sinkewitz

Las cadenas de televisión suspendieron la emisión de la carrera ante la irrupción de un nuevo escándalo vinculado al T-Mobile

J. GÓMEZ PEÑA

Miércoles, 25 de julio 2007, 14:15

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Alemania no vio ayer el Tour en directo. Las cadenas de televisión ZDF-ADR, equivalentes a La Primera y La 2 en España, suspendieron la emisión. Ya lo habían advertido. Un escándalo más y adiós. Y ayer se supo del último lío del ciclismo: el alemán Patrik Sinkewitz dio positivo por testosterona en un control antidopaje por sorpresa impuesto el 8 de junio por la Federación germana. El corredor tiene cinco días para solicitar el contraanálisis. Si se confirma la trampa, la ZDF-ARD no volverá a encender el Tour.Y algunos diarios estudian dejar la carrera. El dopaje apaga el ciclismo.

Alemania no lo soporta. Había vuelto a confiar en Gerdemann en la campaña a favor del ciclismo limpio de su equipo insignia. El que fue maillot amarillo y el nuevo T-Mobile cambiaron las cosas la pasada semana. La audiencia creció, del 8 al 14%. Apenas un paréntesis. Ayer, la ZDF-ARD, cortó el cable. El T-Mobile se presentó en este Tour con una plantilla nueva. Limpia. De futuro. Pero no hay nada que hacer. El positivo, aún por confirmar, de Sinkewitz ha borrado a Alemania del mapa ciclista. El T-Mobile es un equipo invisible en su país -el Tour sólo llega por Eurosport-. ¿Cuanto aguantará el patrocinador?

Cambio

La testosterona le ha puesto fecha de caducidad. Los últimos positivos de Floyd Landis y el atleta Justin Gatlin desvelaron un cambio. Los usuarios de esta hormona ya no utilizan la testosterona inyectada, facilmente detectable por los nuevos sistemas antidopaje. Han optado por los geles, los esprais sobre el abdomen, las pastillas. Dosis mínimas. No disparan las alarmas. Los controladores no detectan cambios en la relación testosterona-epitestoterona (si la primera es muy elevada y la segunda, baja, indica la ingesta de hormona sintética).

Con Landis quedó en evidencia la trampa. Sólo en el último control del Tour su orina despertó sospechas. La tasa era anormal. Le aplicaron el nuevo sistema. La lupa del IRMS, método de espectrometría de masas. A este test le da igual la cantidad. Distingue entre testosterona natural, endógena, y la otra, la exógena, la artificial.

Desde entonces, la UCI ha incrementado el número de analíticas con IRMS. Es un test caro. Por eso, lo aplica sólo sobre los sospechosos. Dos alemanes, Kessler y Sinkewitz, son sus últimas piezas cobradas. Los testigos de que la testosterona sigue viva. Pero de esa historia, la ZDF-ARD no quiere saber nada. Un aviso. Un precedente.

Cuando el Tour bajó a mojar los pies en la costa de Marsella, Francia recibió el consuelo de Cedric Vasseur, la primera victoria gala en la décima etapa.

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