Miguel Ángel Heredia, diputado del PSOE: «Estudié biología para emular a Félix Rodríguez de la Fuente»

LA asociación de periodistas parlamentarios le nominó hace unos años como diputado desconocido, ¿le conocen ya en el Congreso de los Diputados?

Creo que el trabajo está ahí. En esta legislatura he tenido la oportunidad, de la que me siento muy orgulloso y satisfecho, de defender dos leyes tan importantes como la Ley de Dependencia, que para mí era una ilusión, y la Ley de Lengua de Signos y Apoyo a la Comunicación Oral para las Personas Sordas con Discapacidad Auditiva, la segunda ley social más importante para las personas con discapacidad.

Y Rodríguez Zapatero, ¿le conoce?

Tengo la suerte de que me conozca. El talante no sólo lo demuestra ante los ciudadanos sino ante los diputados, en el sentido de que, cada vez que pasa por tu lado, te saluda por tu nombre y tiene un detalle contigo.

¿Y le invita a tomar café?

(Risas) No. El presidente tiene poco tiempo para tomar café con los diputados socialistas, porque somos muchos.

Cumple usted su tercera legislatura como diputado por Málaga, ¿no está cansado?

Me encuentro en un momento estupendo y estoy tan ilusionado como el primer día de poder trabajar por mi provincia y de defender los intereses de los malagueños.

¿Le veremos en una cuarta legislatura?

Eso no depende de mí, sino del partido, que es quien decide quiénes son las mejores personas que pueden representar al partido en Madrid, en Sevilla y en la provincia.

¿Le gustaría?

Mi ilusión siempre ha sido estar en el Congreso.

¿De pequeño ya soñaba usted con ser diputado?

De pequeño cuando pensaba qué iba a ser de mayor, a mí me gustaban muchísimo dos cosas: una era la biología, por lo que estudié biología para emular a Félix Rodríguez de la Fuente, y la otra era la política. Para mí el estar en el Congreso de los Diputados siempre ha sido una ilusión. Ese sueño lo he cumplido, estoy muy satisfecho y es un sitio donde me gusta trabajar.

De la secretaría de las Juventudes Socialistas pasó usted a ser diputado con apenas 30 años. Lleva una carrera meteórica.

No sé, siempre he tratado de compaginar la parte laboral con la política. Terminé mi carrera de biología siendo secretario general de las Juventudes Socialistas. Luego empecé a trabajar en la Universidad de Málaga y en mi primera legislatura como diputado tuve que terminar mi tesis doctoral; todas las vacaciones que tenía las dedicaba a escribir mi tesis doctoral.

Ser diputado en Madrid, ¿es un chollo?

(Silencio) No. Es un orgullo y un honor estar en Madrid representando a los malagueños. Para ser diputado y ser político hay que tener mucha vocación y dedicarle muchísimas horas de trabajo, no tener una agenda cerrada. Esto no es un trabajo de ocho horas, sino un trabajo de 24 horas al día, siete días a la semana, 365 días al año, y yo intento hacerlo con ilusión y ganas.

¿Está bien pagado social y económicamente el trabajo de diputado?

Socialmente me siento satisfecho, porque hay gente que te reconoce por la calle, te para y te felicita. Socialmente es un hecho gratificante. En el tema económico, yo creo que el que entra en política o es diputado no piensa en el sueldo que va a tener, sino que es una ilusión, una vocación. El que entre pensando en el sueldo se equivoca.

¿Quiénes se sientan a su derecha y a su izquierda en el hemiciclo?

Estoy perfectamente escoltado. A mi derecha se sienta el portavoz del grupo socialista en Seguridad Vial, Victorino Mayoral, y a mi izquierda el portavoz del Tribunal de Cuentas, Francesc Vallès. Son dos buenas personas, buena gente y muy trabajadores.

¿Se acuerda usted de esta pregunta: '¿Tiene previsto el Gobierno algún tipo de medida en caso de que continúe lloviendo poco en la provincia de Málaga?'

(Silencio) Me acuerdo.

La formuló usted en 2003 al Gobierno del PP y fue finalista de los premios a la pregunta del millón formulada por los diputados. ¿Por qué era tan rebuscado?

No era rebuscado, lo que ocurre es que hubo alguna palabra que se perdió en el proceso de tramitación administrativa de la pregunta y dio lugar a que esta quedase así. Lo que planteábamos es que en ocho años de gobierno del PP no se incrementó la capacidad hídrica de Málaga en una sola gota de agua y cuestionábamos que si seguía sin llover por qué se dilapidaban ocho años de gobierno y no se había hecho ni una sola actuación hídrica en la provincia.

De su trabajo parlamentario, ¿de qué es de lo que se siente menos contento y satisfecho?

De no poder darle a mi familia todo el tiempo que se merece. Cuando nació mi segundo hijo, y a pesar de que tenemos esta ley de compatibilización de la vida laboral y familiar, que fue un sábado, el lunes tuve que estar en Madrid porque el martes había una votación.

Tiene usted fama de muy trabajador y tanto cuando estaba en la oposición como ahora en el Gobierno no falta un día en que no envíe una nota de prensa a los medios de comunicación, sábados, domingos y festivos incluidos, con alguna iniciativa, proyecto o medida. ¿De dónde saca el tiempo?

Nos pagan para eso. La labor del diputado es explicar a los ciudadanos lo que hace el gobierno, tanto cuando estas en el gobierno o en la oposición.

¿Le queda tiempo libre?

Poco, y el poco que tengo lo dedico a mi hijo.

Una vez que uno ha sido diputado, ¿qué le queda por hacer?

Yo no me planteo esto como una carrera. A mí la política me gusta desde siempre, fue un gusanillo que me inculcó mi padre, y en esto no se trata de buscar nuevos retos, sino de disfrutar y dar el máximo en aquello donde uno está.

¿Le gustaría ser ministro?

(Silencio). No soy ambicioso.

¿Y alcalde de su pueblo, Mollina?

(Risas). La verdad es que la vida municipal no la conozco.

Se lo pregunto porque en su pueblo gana el PSOE, pero IU y PP pactan para arrebatarles la Alcaldía y lo iba usted a tener difícil.

Sí. Llevamos dos legislaturas con un pacto extraño. Queda claro que para que el PSOE gobierne en Mollina necesita mayoría absoluta.